Un joven de 20 años fue condenado a dos años de cárcel por maltratar a sus padres y a su hermano. La magistrada del Juzgado de lo Penal número 2 de A Coruña consideró probado que el imputado sometía a su familia "a un trato humillante y ofensivo". Así, destaca en la sentencia que se dirigía a su madre con insultos y expresiones como "no vales para nada", "solo vales para fregar" o "eres una pringada". A su padre, le decía: "cagón", "en lugar de defenderte como un hombre vas a denunciarme" o "en la carretera a ver si viene un camión y te lleva por delante".

El comportamiento del adolescente, según señala la magistrada, venía "acompañado de una táctica tendente exclusivamente a incomodar a los miembros de la familia". Por ello, señala que de forma habitual ponía la música "muy alta", daba portazos, rompía el mobiliario del domicilio y llegó a arrojar a sus padres algún objeto que no les alcanzó.

Entre la última semana de agosto y la primera de septiembre de 2011, el condenado propinó a su progenitor un puñetazo en la cara, un empujón y varias bofetadas, al tiempo que le decía que se las "merecía". El 9 de septiembre de ese mismo año, encerró a su madre en la cocina durante tres cuartos de hora. El hermano del procesado intervino en el incidente, ante lo que el acusado reaccionó persiguiéndolo por la casa. La víctima logró encerrarse en el cuarto de baño, mientras su hermano le advertía de que le iba a dar "una paliza".

Los afectados denunciaron a su hijo, que fue detenido el 10 de septiembre del año pasado. El Juzgado de Instrucción número 8 de A Coruña, que es el que estaba de guardia, decretó su puesta en libertad, pero le impuso la prohibición de acercarse o comunicarse con su familia.

El sospechoso, además de a dos años de cárcel por cometer un delito de violencia doméstica habitual, fue condenado a 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad, a la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante dos años, y a la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros de las víctimas y a comunicarse con ellas durante dos años y dos meses.

El Juzgado de lo Penal número 6 de A Coruña celebrará la próxima semana la vista contra un joven de 22 años acusado de golpear a su mujer, con la que convivía en un inmueble de la Ciudad Vieja desde que se casaron por el rito musulmán. La víctima, según relata el fiscal en su informe sobre los hechos, sobre las doce de la noche del 22 de abril del año pasado, tuvo que refugiarse en una residencia de ancianos del barrio desnuda de cintura para arriba.

Ese día, siempre según la acusación pública, la mujer dormía cuando llegó el procesado y la despertó. El imputado le pegó una patada en el estómago, lo que provocó que se cayese de la cama y se propinase un fuerte golpe en la parte izquierda de la cara. La víctima, que solo vestía una falda, logró huir de la vivienda y entró en un hogar de personas mayores ubicado en la Ciudad Vieja. La afectada solicitó que llamasen a la policía, pero su marido entró en las instalaciones y le pidió perdón, al tiempo que le exigía que volviese a casa. La mujer se negó, ante lo que reaccionó arrastrándola hasta la calle mientras ella le suplicaba que la dejase respirar y que la soltase.

La Fiscalía relata en su informe que el imputado, finalmente, accedió a que su esposa subiese sola al piso que compartían para vestirse. La víctima tardó siete días en sanar de las lesiones y manifestó que no quería perjudicar al acusado, por lo que no presentó denuncia. El Ministerio público demanda que sea condenado a diez años de cárcel.