Los tres partidos de la oposición, PSOE, BNG y Esquerda Unida-Os verdes, están de acuerdo. El Gobierno local tiene los instrumentos necesarios para revisar la concesión de la Compañía de Tranvías y hacer que ese convenio, que fue aprobado en diciembre de 1986, se vuelva a firmar, pero a la baja. Y es que la Compañía de Tranvías cerró el ejercicio del año pasado -tras haber hecho frente a los impuestos- con un beneficio de casi tres millones de euros. Dos millones se repartieron entre los accionistas y los 900.000 euros sobrantes se guardaron en las arcas de la firma, en concepto de reserva.

Los nacionalistas denuncian que la Compañía de Tranvías puede hacer frente al incremento de la masa salarial de sus empleados y a la subida del gasoil sin que eso suponga una reducción de sus beneficios, gracias a que la fórmula polinómica con la que se calcula cuál es el importe que el Ayuntamiento debe pagar a la concesionaria -en concepto de subvención a los usuarios del bonobús- compensa las posibles pérdidas.

"La empresa gana más a pesar del incremento de costes, pero ese incremento de beneficios lo paga el Ayuntamiento en forma de subvenciones a la ciudadanía coruñesa en forma de mayores tarifas", denuncian los nacionalistas, ya que, cuanto mayor es el precio del billete, mayor es también el coste que asume el Ayuntamiento.

El Gobierno local asegura que solo está cumpliendo con su parte del contrato, con una concesión que ya estaba vigente cuando el PP llegó a María Pita, y defiende a la Compañía de Tranvías porque, en lo que va de año, decidió asumir los cuatro céntimos de subida del billete general que se tendría que haber aplicado en enero, y que, a partir del próximo mes, afrontará también el incremento de los dos céntimos que le pertenecen por la subida del IVA.

Los nacionalistas aseguran que las subvenciones municipales "crecen muy por encima de la cifra de viajeros, de la cifra de negocios y del propio incremento tarifario" y es que, desde enero y hasta el 21 de agosto, la Compañía de Tranvías había perdido un cuarto de millón de usuarios respecto a 2011.

La concejal socialista, Yoya Neira defiende que la concesión a la Compañía de Tranvías se hizo en 1986, "como se hacían entonces" y por un periodo "muy largo de tiempo, de 35 años", para que la beneficiaria pudiese amortizar la inversión que iba a hacer en la ciudad. La concejal admite que, debido a las "dificultades económicas actuales, en las que se piden sacrificios a los ciudadanos", el Gobierno local tendría que exigir un transporte público "de calidad", algo que considera que no está pasado y, además, renegociar la fórmula con la que se calcula la subvención para que no sea perjudicial para la empresa ni para las arcas municipales.

Los socialistas se quejan de que, desde que entró el Partido Popular en María Pita, ha habido un "parón" en el fomento del transporte público. "No hay marquesinas nuevas, no se mantienen las pantallas inteligentes, porque algunas no funcionan y nadie las arregla, tampoco hay postes universitarios", denuncia la edil socialista, que considera que solo ha habido "destrozos" desde que el PP inició su mandato.

El concejal de Esquerda Unida-Os Verdes, César Santiso, insta al Gobierno local a forzar una reunión con la Compañía de Tranvías en la que se negocie el convenio "a la baja" y aboga por que se introduzcan nuevos métodos de pago, como que los usuarios abonen el precio base -que estiman que debe ser menor que los 1,20 euros actuales- en su primer viaje del día, pero que, a partir del segundo, solo hagan frente al 10% de ese coste general. "Si el billete costase un euro, en el segundo viaje pagaríamos solo 10 céntimos y podríamos hacer hasta once viajes al día por dos euros", explica Santiso.

La oposición se queja de que Tranvías no ofrece un servicio de calidad a los coruñeses. "Mantiene una flota que, en su mayoría, está depreciada y obsoleta", explica el BNG, que acusa a la concesionaria de no invertir en innovación. Los nacionalistas presentarán una moción para que, en el Pleno, se acuerde la revisión de la concesión.