Tras tres años de debate continuo entre el Gobierno gallego del PP y el Ejecutivo estatal del PSOE sobre la regeneración de la ría de O Burgo, el silencio llegó en noviembre. La coincidencia de color político entre las administraciones responsables del proyecto, y también de la de A Coruña, evitando levantar la voz sobre el asunto, hace que la problemática esté en suspenso.

La pugna entre Galicia y Madrid estaba en la competencia sobre la retirada y tratamiento de los lodos, pero ahora, simplemente, se habla de informes que no llegan. El conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, confiaba en que este mismo año estuviera listo el proyecto técnico para el dragado de la ría, aunque ni una ni otra administración ofrecen fechas. Y tampoco presupuesto. Las primeras cuentas de Mariano Rajoy en el Gobierno estatal, para este ejercicio, no incluyen ni un euro por la, argumentaban desde el Ejecutivo, imposibilidad de ejecutar ninguna obra en pocos meses. Según la administración central, el Cedex (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas) ya ha comenzado a estudiar el fondo del estuario.

Los mariscadores no se rinden y continúan las movilizaciones para exigir que la ría de O Burgo y el banco marisquero que contiene se limpie y se cuide, y reclaman poder participar en el proyecto, para garantizar la futura extracción de bivalvos en el estuario.