La Junta de Gobierno Local aprobó ayer conceder licencia urbanística para la demolición del número 117 de la avenida de General Sanjurjo, que albergó el concesionario de Citröen hasta abril de este año. El Concello otorga el permiso a la empresa propietaria del inmueble, Luis Rodríguez Carballido, solo un mes después de que el pleno aprobara de manera provisional el plan general, en el que se había contemplado la protección de la construcción para después, a través de la decisión unilateral del Ejecutivo municipal, retirarla y dejarlo sin catalogar. Aunque, con el anuncio del cese de actividad, la compañía mostró su intención de vender el edificio, ahora se desconoce si pretende enajenar el solar en un futuro o ya tiene comprador del terreno.

El equipo redactor del plan general, liderado por Joan Busquets, decidió incluir el edificio en el catálogo con un nivel de protección estructural. Esta calificación solo permitía al dueño obras de "restauración, conservación, consolidación y rehabilitación, debiendo mantener sus fachadas y formación de cubierta, así como sus elementos estructurales". La compañía presentó una alegación al plan, en febrero de 2010, en la que apuntaba que el inmueble "carece de interés arquitectónico alguno" y reprochaba que la catalogación se había realizado "sin la debida justificación, con errores y con una ficha vacía de contenido". Pedía, pues, que el edificio no tuviese ningún tipo de protección y advertía de la posibilidad de solicitar indemnización de mantener la catalogación, por la "limitación" que supondría para la actividad empresarial.

Los técnicos admitían, en la contestación a la reclamación, que la ficha del catálogo del plan general no estaba completa, pero desestimaban la retirada del edificio del catálogo. Pero, el Gobierno local, en contra, pues, del criterio de Busquets, decidió retirar la protección y permitir el derribo o la modificación del inmueble. Es el único elemento que perdió la condición tras el período de exposición pública. No ha pasado ni un mes desde que el documento urbanístico se aprobara de manera provisional en pleno y el Ejecutivo municipal ya ha otorgado permiso para demoler la construcción, que data de 1964.

El concejal de Urbanismo, Martín Fernández Prado, defendió la determinación del Gobierno local porque, dijo, "el edifico estaba protegido como edificio modernista, y no lo es". Según el edil, el propietario presentó un informe del arquitecto en el que relató todos los cambios realizados en el inmueble para justificar su ausencia de valor. "El autor del edificio dice que ya ni se parece al original con los cambios que se han hecho. El edificio está muy transformado y no tiene ya ese valor", alegó Fernández Prado.

Fue en 1964 cuando Luis Rodríguez Amado abrió una estación de servicio para el lavado y engrase de camiones en el número 117 de General Sanjurjo, en una parcela de 9.000 metros cuadrados. Esta instalación prestó servicio a los vehículos que trabajaron en el relleno de San Diego o las obras de construcción de la refinería.

En 1966 la firma empezó a vender coches de la marca Citroën hasta abril de este año. Ya en verano de 2011, la empresa había entrado en concurso de acreedores para poder superar sus problemas económicos, pero la crisis del sector de automóvil acabó por obligar al cierre. La medida dejó en la calle a 25 trabajadores, mientras que poco antes, habían sido una decena los que se habían prejubilado.

La junta de gobierno también dio luz verde ayer a la venta, a través de subasta pública, de dos pisos y siete plazas de garaje propiedad del Concello. El portavoz del Gobierno local, Julio Flores, justificó la enajenación en que los pisos no reúnen las características necesarias para formar parte del programa puesto en marcha este año para arrendar viviendas municipales a precios muy bajos. La alta valoración de los pisos, dijo, provocaría que la cuota mensual no fuera adecuada al tipo de familias con dificultades económicas al que se dirige la actuación.

Una de las viviendas está ubicada en la calle Chile, fue construida en 2008 y tiene 80 metros cuadrados de superficie y dos dormitorios. Su valoración es de 224.240,61 euros. El otro está en As Lagoas, y es un séptimo piso, con 82,63 metros cuadrados de superficie y tres dormitorios. El edificio data de 1996 y su coste es de 257.646,50 euros. Las plazas de garaje están todas situadas en este último inmueble, en la avenida de Francisco Vázquez, y el Concello ha calculado que su valor es de 27.333,30 euros cada una. Flores apuntó a la posibilidad de que los interesados ofrezcan una permuta, por otra vivienda, en vez del dinero. La superficie de los pisos que aceptaría el Concello estaría entre los 65 y los 140 metros.

Esta es la segunda subasta que organiza el Gobierno local en lo que va de mandato, tras la venta de los coches oficiales del Concello.