El grupo municipal del BNG reprochó ayer, a través de una pregunta oral, a la Concejalía de Cultura que 70.000 ciudadanos de seis barrios no tengan fiestas, por la suspensión de los programas entre el mes de agosto y el de septiembre. "Los vecinos presentan su propuesta y les dan la callada por respuesta", denunció la nacionalista María Xosé Bravo, que calificó de "sectarios y caciques" a los concejales del Ejecutivo municipal. El portavoz del Gobierno local, Julio Flores, denunció que las entidades vecinales "intentan justificar" la suspensión de los festejos con la falta de apoyo del Concello, que niega tajantemente. "El IMCE (Instituto Municipal Coruña Espectáculos) atiende todas las peticiones, y a todos por igual", añadió el edil, que acusó a las asociaciones de residentes de buscar "teorías de la conspiración" y al BNG de "aconsejar mal" a estas entidades.

Otra pregunta oral de los nacionalistas al Gobierno local versó sobre las antenas de telefonía móvil, sobre su, dijo el concejal Xan Caxigal, el "incremento y aceleración" en la concesión de licencias por parte del Concello. El responsable de Urbanismo, Martín Fernández Prado, aseguró que todos los permisos cumplen los requisitos legales y no son, apuntó, "caprichos de los concejales". Pidió a los vecinos "total tranquilidad" con la instalación de estos dispositivos y criticó el "interés de crear alarma social" del BNG.

Minicentral

La minicentral del embalse de Cecebre salió también a relucir en el pleno. Flores calificó de "novela de ciencia ficción" que el BNG afirme que la concejala de Cultura, Ana Fernández, tiene relación con la empresa con concesión para realizar la obra. Según el portavoz del Gobierno local, la edil está "totalmente desvinculada" de la compañía desde 2004 por lo que, añadió, fue "perfectamente legal" que votara en la junta de gobierno el acuerdo que impulsa la obra.