María y María Luisa vuelven también al cole. Salvo que su experiencia escolar no se desarrollará desde el pupitre, sino desde el estrado. Ambas son profesoras en el Colegio Calasancias; la primera se estrena este año y la segunda lleva 38 años trabajando en el mundo de la educación.

Los docentes, los protagonistas al frente del aula, vuelven también a las clases con la intención de que al finalizar este curso hayan podido transmitir unos cuantos valores y conocimientos a los más pequeños. Lo más importante, como María Luisa opina es, "ser lo más profesional posible pero, sin olvidar el ser cercanos con los alumnos, que los niños se sientan cerca de su profesor y que le vean como una persona que además de enseñarles cosas, está ahí para ayudarles en lo que necesiten".

Las expectativas de María y María Luisa son buenas, las dos se muestran entusiasmadas e ilusionadas ante el comienzo del nuevo curso escolar. Para María, este es un nuevo reto, propio y personal, y está muy nerviosa ya que es su primer año como profesora de niños de 4º de Primaria. "Tengo muchas ganas e ilusión, pero también un poco de miedo por ver cómo me reciben los niños. Espero dar lo mejor de mí y a ver cómo sale", comenta María.

Ambas coinciden en que la educación ha cambiado mucho en los últimos años y que estos cambios son positivos, al margen de todos los problemas que la enseñanza pública está sufriendo a causa de los recortes llevados a cabo por el Gobierno. "La educación, como la sanidad, debería ser un tema intocable, ya que estamos formando a futuras personas", declara María. Lo que destacan, por encima de todos los avances en el mundo de la tecnología y de los idiomas, es que la educación en la actualidad es mucho más abierta que años atrás. "Los profesores somos ahora mucho más cercanos en la relación con nuestros alumnos. No hemos cambiado de repente, sino que nos hemos ido adaptando progresivamente", explica María Luisa.

Tanto los profesores que llevan muchos años dando clase, como los que acaban de empezar, evolucionan cada año a la vez que lo hacen sus alumnos. "A medida que los niños tiene una serie de necesidades educativas, los maestros se las vamos proporcionando y cubriendo poco a poco", comenta la docente. Empieza un nuevo curso, las clases llevan semanas preparadas y las aulas están decoradas. Solo faltaban los niños, y como María dice "espero que vengan contentos y con muchas ganas de trabajar".

María Luisa lleva 38 años trabajando en el mundo de la educación. Es profesora del último ciclo de Primaria en el Colegio Calasancias y este año dará clases a niños de 5º de Educación Primaria. Se muestra entusiasta ante la perspectiva de afrontar este nuevo reto y de hacerlo de la forma más profesional posible, pero siempre a través de la proximidad. Al fin y al cabo educar no solo es transmitir una serie de conocimientos, sino hacerlo de una determinada forma, siempre cercana a los niños.

"Lo más importante que podemos hacer es transmitirles el entusiasmo que nosotros tenemos e involucrarnos en su aprendizaje", explica la profesora. "Son un grupo, pero dentro de la clase hay 27 niños y cada uno es una realidad diferente. No puedes tratar a cada uno por igual, hay que tener muy en cuenta la gran diversidad que hay en cada grupo", añade María Luisa.

Que la educación ha cambiado a lo largo de todos estos años es un hecho y María Luisa lo califica de forma muy positiva. "Antes la educación era menos realista, hoy se llega a cada caso particular. Es una enseñanza mucho más abierta", explica la maestra. "Lo que sí se nota es un ligero cambio en los niños, cada vez son preadolescentes con anterioridad, pero siguen siendo niños con una actitud crítica que siempre es positiva", añade María Luisa.

Después de 38 años dando clases, de convivir día a día y durante muchos años con niños, tiene que haber alguna recompensa. "Cuando acaba el curso y ves que has transmitido ciertos valores y conocimientos, o encontrarte con viejos alumnos y que la mayoría tenga buenos recuerdos del colegio, son cosas que en su momento no le das tanta importancia, pero que al recordarlas te hacen sentir bien", comenta María Luisa.