La Fiscalía solicita una pena de tres años de prisión para una mujer acusada de haber estafado a un marinero, con el que había mantenido una relación sentimental y con el que había convivido, a través de un poder que éste le había concedido para que pudiera completar gestiones y trámites para la compra de un piso durante las largas temporadas en las que estaba embarcado. El fiscal propone, además, dos años de cárcel para un hombre, también acusado, que era cotitular de la cuenta a la que la procesada transfirió la mayor parte del dinero supuestamente estafado.

El representante del Ministerio público explica en su escrito de acusación que la procesada utilizó el poder para solicitar, cuando su relación con el marinero ya había terminado y sin el consentimiento de éste, un crédito bancario de 14.445 euros, del que la expareja de la procesada figuraba como prestatario principal y, por tanto, como la persona que debería abonar las diferentes cuotas para su devolución.

El fiscal explica que el marinero le había concedido el poder a la acusada en el año 1996, momento en el que ambos no solo compartían una relación sino también domicilio. La solicitud del préstamo, sin embargo, data del 25 de mayo de 2005, es decir, de una fecha en la que habían pasado nueve años desde la concesión del poder y en la que víctima y procesada ya habían puesto fin a su relación.

"La acusada, con ánimo de enriquecimiento ilícito, decidió utilizar el poder para otros fines y para su lucro personal, ocultando la utilización el uso de tal poder a la víctima, que, en la fecha en que ocurrieron los hechos, ya no era su pareja", expone el representante del Ministerio público, que precisa que el poder seguía teniendo plena vigencia a pesar del fin de la relación sentimental.

Además de hacer que su expareja figurara como el prestatario principal a pesar de no contar con su consentimiento, la acusada registró como dirección contractual la de un domicilio en el que nadie residía desde hacía diez años y que ni la víctima ni ninguna persona de su entorno familiar visitarían, asegurándose así de que las notificaciones relativas a la necesidad de devolver el préstamo jamás le llegarían al marinero estafado.

El fiscal expone en su relato de los hechos que la acusada transfirió parte del dinero del préstamo solicitado a una cuenta de la que también era titular el hombre procesado que, en palabras del propio representante del Ministerio público, actuó "en connivencia con la acusada y con igual propósito de ilícito enriquecimiento".

Además de las penas de tres años de prisión, para la acusada, y de dos años, para el acusado, la Fiscalía solicita que ambos procesados indemnicen al marinero estafado con la cantidad de 14.445 euros, cifra correspondiente a la cuantía del préstamo supuestamente solicitado por los acusados, y con la que proceda por los intereses legales correspondientes por el tiempo pasado desde que se concedió el crédito.