La zona del paseo marítimo más cercana al Playa Club -en las inmediaciones del estadio de Riazor- será sometida en los próximos meses a una gran transformación dentro de la remodelación del borde litoral de A Coruña. El Ayuntamiento planea la construcción de un graderío en este tramo, donde además se sustituirá la balaustrada actual por una barandilla metálica y se retirarán estas barreras donde sean innecesarias para garantizar la seguridad de los paseantes.

El objetivo es que el tramo escalonado de Riazor esté disponible el próximo verano, con el fin de que los usuarios de la playa puedan disfrutar de él, tanto para tomar el sol y contemplar las vistas como para presenciar los espectáculos que se ofrezcan en el arenal.

Las obras tendrán un coste de 100.000 euros y se desarrollarán en el lugar en el que el paseo posee dos niveles, con el objetivo de retirar la balaustrada que dificulta en la actualidad la observación del mar. El concejal de Urbanismo, Martín Fernández Prado, visitó recientemente el lugar acompañado por miembros del jurado del concurso municipal realizado para renovar el paseo marítimo y explicó que en cada uno de sus tramos se adoptará una solución diferente, aunque siempre con el objetivo de que se pueda "acceder y disfrutar mejor del mar y de la playa".

El Ayuntamiento eliminará al máximo posible en todo el paseo marítimo los "elementos distorsionantes" de las vistas, entre los que Fernández Prado citó el mobiliario urbano y la actual balaustrada, y facilitará el acceso a las playas con rampas y gradas. Uno de los cambios que ya ha comenzado a ejecutarse es el relevo de la balaustrada entre el Playa Club y las Esclavas por la barandilla de acero inoxidable diseñada por los técnicos municipales, que ayer comenzó a colocarse en este tramo.

El responsable de Urbanismo explicó que se trata de un elemento "muy sencillo" , ya que permite la contemplación del mar mientras se camina y que parte de los que se colocaron en las entradas de los aparcamientos. Fernández Prado destacó además que la barandilla cumple con todas las normativas de seguridad que exige la legislación actual, al contrario que la antigua balaustrada, ya que cuenta con huecos menores de 12 centímetros.

"No queremos que sea la protagonista, sino las vistas, el mar y la playa", mencionó el concejal acerca de la barandilla. "Estamos viendo como la gente se para a ver el paisaje porque por primera vez ve abierto el paseo", señaló sobre la zona donde se retiró la balaustrada. Tanto las gradas como las barandillas son elementos que precisan poco mantenimiento y que ofrecerán una mejor respuesta a los temporales que la balaustrada, frecuentemente destrozada por el oleaje, según explicó Fernández Prado, quien puso de relieve que el escalonamiento proyectado resistirá a las olas "mejor que un elemento vertical con pocos anclajes y que se tumba fácilmente", en referencia a la balaustrada actual.

El tramo más próximo al Museo Nacional de Ciencia y Tecnología será además el primero en el que no haya ningún obstáculo para contemplar el paisaje, ya que la balaustrada separa ahora el paseo de zonas verdes situadas al mismo nivel, por lo que no existe peligro para los peatones. Será personal municipal el que se encargue de levantar la barrera y de adecentar los terrenos. El Gobierno local aplicará esta misma solución en otros puntos en los que no haya riesgos para los paseantes, mientras que entre la Coraza y Rubine se colocarán rampas para mejorar el acceso a la playa y elementos de apoyo a los discapacitados.