El Gobierno local presentará la próxima semana el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) de la Ciudad Vieja y Pescadería y, así, mostrará sus planes de futuro para conservar el patrimonio arquitectónico. El alcalde, Carlos Negreira, reconoce que numerosos edificios valiosos están mal conservados, pero no desvela cómo se mejorará la situación. Arquitectos, vecinos y agentes inmobiliarios proponen que la administración se implique en la rehabilitación y ponga en marcha la regeneración total del casco histórico coruñés.

Aure López: Es tan constatable el mal estado de los edificios del casco histórico que cada día se denuncia, porque una casa se cae, la otra se quema...

Herminio Carballido: El plan especial no está aprobado y lo van a modificar. No sé en qué condiciones ni de qué forma. Una de las cosas que cambiará ya la dejó pautada el anterior gobierno y va a seguir así es que, antes, no iba a haber escalones en las calles y, ahora, se mantiene. El que tiene un bajo y una planta, se quedará con un bajo y una planta. Este es el proyecto que habían presentado PSOE y BNG y parece ser que el PP lo va a dejar así. No va a dejar que se unifiquen alturas para llegar a la misma cornisa que los edificios colindantes. Es algo que va a deteriorar de forma económica la rehabilitación de eses edificios. Hasta ahora ya tenía connotaciones complicadas, como que dependiendo del tipo de protección, la dificultad es cada vez mayor.

José Ramón Soraluce: El Pepri es imprescindible. La situación de la ciudad es insostenible ante la incertidumbre de lo que se va a poder hacer y lo que no. Esta es una ciudad de una arquitectura muy pobre, es una realidad. La rehabilitación del patrimonio es imprescindible para que el casco histórico se conserve. Otras cosas son las cuestiones puntuales de cada solar... El plan especificará las razones para ver si se puede nivelar o no. Pero una realidad incuestionable es que eso tiene que estar aprobado y con el mayor consenso posible para que la ciudad se siga construyendo.

A. López: Yo creo que ha fallado todo un poco, en este caso la administración, el Ayuntamiento, y los dueños de los restos de edificios y solares. En algunos casos he estado con la Policía Local y es muy difícil localizar a los dueños. No aparecen, nadie conoce, pasa el tiempo, otros tienen litigios... Y, mientras, los vecinos nos quejamos, la maleza, la suciedad... de todo lo que conlleva el abandono. ¿Es difícil? Pues sí, pero llegados a este punto, después de saber las dificultades, tendrán que darles una solución. La que sea. Y los dueños alguna responsabilidad tendrán que tener. Pedimos que a la fuerza se haga y también que se llegue a acuerdos que beneficien a las dos partes. Tampoco tiene por qué ser una norma general, que algunos no les puede ir bien. Pero después del tiempo transcurrido, alguno se pudo haber llegado a solucionar. Y habrá que facilitar que los coruñeses no se vayan a otros municipios limítrofes a vivir. Es más, habrá que hacer que los que se fueron, vuelvan.

H. Carballido: Efectivamente. San Andrés y La Franja, hubo una desbandada generalizada... Las casas se empezaron a deteriorar, no hay servicios, no puedes hacer reformas, porque pagas una renta miserable y el dueño no permitía hacer obras de adecuación... Y la gente se fue marchando. Y los que quedan son gente mayor, con las dificultades de personas de 90 años en un tercer piso. La mejora no llegó a desarrollarse en tiempo y forma. La zona centro no quedó despoblada, pero sí se ha ausentado mucha gente. La mayor parte de la responsabilidad es de la administración local. Las ayudas siempre fueron cicateras. Las del ascensor existen, pero las casas que tienen protección integral no lo pueden colocar. ¡Ya me dirás cómo se vive a partir del segundo! Todos son problemas y pegas cuando presentas el proyecto. Estoy de acuerdo con que no se pueda modificar la fachada, porque hay que conservarlas, pero te dicen: tenemos ayudas para insonorizar edificios, y en las rehabilitaciones no puedes poner doble ventanal. Estoy de acuerdo en que hay que rehabilitar y exigir al propietario que adecue los edificios y los reforme, pero las ventas, ahora, si no son rentables, no se venden. Estos días comprobé algunos edificios de la calle Orzán, que están en venta desde hace tira de tiempo. He hecho dos llamadas y piden una propuesta... ¿Quién hace una inversión si el edificio a lo mejor no lo puedes vender porque la rehabilitación no te permite adecuar el edificio a las modernidades actuales, como tener un ascensor, insonorización...? No conozco cómo viene el nuevo Pepri, no está totalmente ultimado. Como no lo ataquen ya, desde el principio, lo veo complicado.

A. López: Nosotros, además, tenemos botellón diurno, nocturno, follones, problemas de inseguridad, suciedad...

J. A. Soraluce: A Coruña tiene un problema que no es diferente al de otras ciudades de capitales españolas, que han tenido cascos históricos que han estado en absoluta decadencia. Y hay que acordarse de cómo estaba la Ciudad Vieja en los años 70 y 80, hubo etapas peores a la que vive actualmente.

A. López: Pero en otras ciudades han estado mucho peor y las han rehabilitado.

J. R. Soraluce: Efectivamente, las han rehabilitado, porque han podido compaginar los problemas que comentabais. Las rentas antiguas, no se puede cargar sobre una persona mayor la rehabilitación. Tampoco los propietarios pueden hacer frente a esas obras, se les desborda el coste. Y, además, tienen que rehabilitarse con rentabilidad, mejorando sustancialmente sus estructuras e instalaciones. Incluso tienen que adquirir el volumen para la habitabilidad que se le pide al piso o, si no, no se rehabilita. Parece un problema irresoluble. ¿Qué se ha hecho en otras ciudades? Ahí es donde la administración tiene que dar un paso al frente y apostar seriamente por la regeneración de la ciudad en todos los temas: desde el punto de vista social, arquitectónico, comercial... Y el primer paso es el Pepri. El Pepri estará bien o mal, pero es algo por donde empezar. Sin eso, esto es apagar fuegos por todas partes. No sabes qué se puede hacer y nadie se arriesga a hacer nada. Y, desde luego, esa ayuda de la administración nos ha llegado en el peor momento. Si el Pepri estuviera aprobado hace diez años, ahora tendríamos una ciudad como Gijón, como Allariz, porque se habrían tomado iniciativas. Y las iniciativas rehabilitadoras siempre tienen un efecto contagio. Pero yo creo que esto va a tardar en arrancar. Hay dos parámetros que hay que equilibrar: el patrimonio parece un bien supremo... No es lo mismo la catedral de Santiago que una casita en la Ciudad Vieja. Hay que relativizar... Y, por otro lado, las normativas hay que hacerlas flexibles, en cierto modo, que se garantice lo sustancial de la ciudad histórica. Y eso es lo que se está haciendo. El edificio se moderniza por completo y, si hay que subir una planta, se sube. Porque la ciudad no es un museo congelado, se transforma. Eso sí, lo que no hay que hacer es que cada uno haga lo que le da la gana. O se hace un Pepri o es el caos.

A. López: Esas reglas deben ser fácilmente aplicables, porque si son imposibles no funciona. O avanzamos o rompemos.

J. R. Soraluce: El problema es que no hay dinero. Tú vienes con dinero, con un solar o una casa que quieres rehabilitar, y haces maravillas. Otra cosa es que Patrimonio te diga que el proyecto conserve los elementos. Pero ahora estamos en una situación en que la administración no nos va a arreglar todo.

H. Carballido: Los propietarios de este tipo de casas son gente mayor, que se desentiende de esa propiedad desde hace años. Pagan el IBI, pero no se preocupan de esa casa, porque no tienen medios para rehabilitarla ni ayudas ni hay quien se las compren.

A. López: Es que no las sienten suyas. La cantidad de letreros que hay en la calle Orzán de Se vende ya son una reventa, gente que en el boom compró, empezó a decaer y rompió la burbuja y ahora son ellos los que ponen el cartel para vender.

H. Carballido: Claro, compraron caro y ahora en este momento no hay ventas, no al mismo precio con el que hicieron sus cuentas.

J. R. Soraluce: Hay mecanismos de apoyo desde la administración para rehabilitación, como oficinas, y, en estos casos, la administración les hace los proyectos. Hay un abaratamiento sustancial del esfuerzo del propietario para modernizar una casa. Y yo creo que las casas rehabilitadas tienen un buen mercado, siempre que tengan lo fundamental, el mínimo de comodidades, como un aparcamiento.

A. López: Sí que hay mercado, para la gente joven.

H. Carballido: Sí, sí. El mejor mercado actualmente es el de la rehabilitación.

A. López: Que el Ayuntamiento llegue a un acuerdo con el propietario para ceder un piso o dos.

J. R. Soraluce: Ha habido Ayuntamientos que han tomado la iniciativa de la promoción, es decir, los propios Ayuntamientos, como Allariz, se puso a comprar solares para revenderlos y alquilarlos. Pero era momento de bonanza económica.

H. Carballido: En Lugo también se hizo. Pero ahora no hay dinero. El promotor pequeño, -que el grande no se mete- que sí podía seguir haciendo labor de rehabilitación, no lo hace porque en este momento el mercado está complicado en las ventas. Uno de los mayores escollos está en la financiación. Y aunque el promotor tenga el dinero, el comprador necesita el apoyo financiero. Porque compradores hay para viviendas pequeñas y asequibles, pero ahora no hay dinero, financiación. Ni te escuchan la propuesta.

A. Lopez: Lo mismo pasa para poner un negocio.

J. R. Soraluce: Esa puede ser otra medida de la administración, la de apoyar medidas rehabilitadoras acompañadas de gestiones crediticias abiertas desde la propia administración. Es decir, un edificio que lo voy a alquilar y todo el dinero que consiga para financiar la hipoteca..., y está respaldado por la administración. Situaciones en las que el Ayuntamiento puede hacer gestión de puente para salir del impass. ¡Cuántos cascos históricos se han rehabilitado con una oficina y con una política crediticia para que la gente se anime!

H. Carballido: Es una gran idea. Sería una hipoteca subrrogable. El banco le presta el dinero al promotor, pero como garante está el Concello. O ayudas y que la explotación esté, por un número de años, a cargo del promotor.

J. R. Soraluce: Como una concesión administrativa, de uso y explotación. Fórmulas las hay. Y el papel de los alquileres los podría solucionar el Ayuntamiento. Esto requiere una política detrás.