Cinco pisos en la ciudad y dos en el municipio de Culleredo sirven a la Asociación Católica Española de Migraciones (Accem) para ofrecer un lugar cómodo y seguro en el que vivir a cerca de 25 personas en riesgo de exclusión, en su mayoría inmigrantes. La cifra de inmuebles de acogida, que recoge los dos pisos que cedió ayer el Ayuntamiento a la entidad mediante un convenio, es insuficiente para atender a toda la demanda y, por ello, han expresado su satisfacción tras el acuerdo que firmaron el alcalde Carlos Negreira y el presidente de Accem, Pedro Puente.

"Tenemos lista de espera. Hay perfiles nuevos, como el de los desahuciados. La mayoría de las personas a las que atendemos son subsaharianos que están en la calle o que viven hacinados en pisos, aunque también nos llega gente procedente de albergues como el de Padre Rubinos", declara Carmen Vázquez, responsable de Accem en Galicia.

Los que viven en los pisos de la organización, según informan los miembros de Accem, deben firmar un contrato que incluye una serie de pautas de comportamiento, destinadas a regular la convivencia. "De todas formas, son pisos de autonomía con vigilancia mínima. La gente es mayor de edad, tiene sus llaves y entra y sale con libertad", destaca Carmen Vázquez.

El alcalde de la ciudad, Carlos Negreira, aprovechó la firma del convenio con Accem para criticar a la oposición, que lo acusó de propiciar la beneficencia con ese tipo de ayudas en lugar de velar por los servicios públicos. "Me hubiera gustado que ellos hubieran hecho esos esfuerzos", manifestó.