El Ayuntamiento ha suprimido el convenio con la asociación de vecinos de As Atochas-Monte Alto para mantener su biblioteca pública, situada junto al colegio Curros Enríquez, en el campo de Marte. Esa partida presupuestaria, que se otorgó por primera vez en 1985, ha dejado de tener sentido ya para el Gobierno local, ya que existe en la actualidad una biblioteca pública municipal y la de la entidad vecinal no la considera indispensable. El Ejecutivo municipal, sin embargo, asegura que mantendrá un acuerdo de colaboración con la asociación vecinal de 12.000 euros para que pueda desarrollar sus actividades en este edificio e, incluso, financiar la de préstamo de libros.

El presidente de la asociación de residentes de Monte Alto, Alberte Fernández, asegura que, aunque el Ayuntamiento no financie la actividad de la biblioteca -algo que no confirmó a la entidad, aunque sí a este diario- esta no se perderá, pero sí que tendrá que sufrir algunas modificaciones. La asociación tendrá una asamblea en febrero y será entonces cuando los socios decidan qué cambios introducir.

Fernández asegura que el Ayuntamiento todavía no le ha confirmado que no le renovará el convenio de la biblioteca a la asociación de vecinos el próximo año, aunque este ha desaparecido del anexo de transferencias del Concello. Durante 2012, ambas partes pusieron fin al acuerdo actual, que estipulaba que, a falta de desacuerdo entre las dos instituciones, el convenio de la biblioteca se renovaría automáticamente y su importe dependería del presupuesto que manejase la Administración para cada ejercicio. Esa renovación automática se acabará con este año, aunque, según explica el presidente de la entidad vecinal, Alberte Fernández, los vecinos recibieron la promesa no escrita de que el Gobierno local seguiría financiando la biblioteca.

La biblioteca pública vecinal -construida con aportaciones de los residentes en el barrio, según recuerda Fernández- suplió durante años la falta de un edificio municipal en Monte Alto dedicado al préstamo directo de libros. Con la apertura de la biblioteca municipal, la actividad de estos dos inmuebles ha convivido durante años en el barrio. Fernández defiende que ambas bibliotecas sigan ofreciendo servicio a los vecinos de Monte Alto, aunque reconoce que habrá más dificultades si, finalmente, el Ayuntamiento decide dejar de financiar la actividad del edificio de la entidad vecinal.