A Mar el atraco la pilló trabajando, se enteró cuando empezó a ver que llegaban coches de policía y que los agentes se colocaban los chalecos antibalas. "Nos dijeron que cerrásemos, que no sabían qué podía pasar porque los atracadores tenían armas", explica. Para entonces, nadie sabía que no eran pistolas sino juguetes. "Eran muy jóvenes, sobre todo uno", cuenta Mar, que vio el atraco desde la panadería.