La Policía Nacional detuvo ayer a tres jóvenes por intentar atracar la tienda de música de la calle General Sanjurjo, Musical 47, con unas pistolas que, según los agentes, eran "simuladas".

Eran poco más de las diez de la mañana cuando tres jóvenes, dos hombres y una mujer, bajaron las escaleras que llevan a la tienda de música. Mientras la mujer intentaba despistar a la dependienta, los ladrones, que llevaban la cara cubierta por un pasamontañas, metieron al empleado en una oficina. Allí, le amordazaron, le encañonaron con sus pistolas -para entonces, solo los asaltantes sabían que eran de mentira- y le ataron las manos.

Al ver que se llevaban a su compañero y que le pedían el dinero de la caja, la dependienta apretó el botón de alarma que tiene bajo el mostrador y que está conectada a una empresa de seguridad. Según los testigos, en dos minutos, llegaron ya las patrullas de la Policía Nacional. Los agentes acordonaron la zona y obligaron a cerrar a los negocios cercanos por si se producía un tiroteo. No llegó a tanto la situación.

El dispositivo ocupó los tres carriles de General Sanjurjo y, algunos de los agentes incluso preguntaron a las empleadas de la óptica colindante si había algún acceso interior a la tienda de música para coger a los atracadores in fraganti. Lo hay, pero según explicaron las trabajadoras, llegar hasta él es demasiado complicado, así que descartaron la opción del ataque sorpresa por la puerta de atrás.

Cuando los ladrones supieron que la Policía Nacional estaba ya al otro lado de la puerta de entrada, uno de los jóvenes se asustó e intentó huir, pero fue interceptado y detenido en la acera. Mientras, dentro, la joven y el otro ladrón, según relató el empleado de la tienda tras el conato de atraco, se metieron en el baño para discutir qué iban a hacer tras la huida de su compañero. Fue entonces cuando, aprovechando el despiste y sabiendo que la policía estaba ya fuera esperándoles, los dependientes se escaparon de sus captores y subieron las escaleras hacia la calle.

En unos minutos, los otros dos atracadores salieron de Musical 47. Desde fuera, los agentes les gritaban que saliesen "con las manos arriba" y hay vecinos que aseguran que el atracador les contestó desde el sótano: "No, que nos vais a pegar".

La joven fue la segunda en entregarse. Tras ella, salió el último de los varones que les pedía a los agentes que no le agarrasen fuerte porque tenía "el hombro operado". Fue cacheado en la calle y, después, volvió a la tienda, según los testigos, para decirles a los agentes dónde había dejado su arma. Por si verse acorralados no fuese suficiente para conseguir la rendición de los atracadores, se activó el protocolo de actuación ante incidentes con rehenes y se alertó al equipo de negociadores de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de A Coruña y al Grupo Operativo Especial Seguridad (GOES) de la Jefatura Superior de Policía de Galicia. Finalmente no fue necesaria su actuación.

"Parecía una película, los policías gritaban: 'Manos arriba", explica Victoria, que trabaja en la óptica colindante a Musical 47. Cuenta que los jóvenes habían ido a la tienda con cajas grandes de cartón, como para llevarse "amplificadores y guitarras". Vio cómo Manuel, el dependiente, salía amordazado a la calle y con las manos atadas y fueron las sirenas de los coches patrulla y el despliegue posterior los que la alertaron de que algo estaba pasando en la puerta de al lado.