Catorce meses después del plazo que inicialmente se había fijado la Autoridad Portuaria, el organismo ha alcanzado un principio de acuerdo con Repsol para el traslado de sus instalaciones de los muelles interiores a punta Langosteira. Según la información facilitada por el Puerto, el pacto solo afecta por ahora a la descarga de crudo, que supone cuatro millones de toneladas, el 56% de las mercancías cargas y descargas por la petrolera en los muelles, por lo que el resto de sus operaciones aún deben ser negociadas.

De acuerdo con estos términos, ambas partes deben llegar todavía a un acuerdo sobre la superficie que se destinará en el puerto exterior al almacenamiento de productos refinados para su posterior exportación. Repsol había anunciado ya que si finalmente se trasladaba a Langosteira, solicitaría más terrenos de los que actualmente ocupa en los muelles petroleros.

Ni la institución portuaria ni la compañía energética quisieron ayer desvelar la compensación que recibirá la refinería por el traslado ni el plazo en el que dispondrá de su nueva terminal en el puerto exterior, aunque anunciaron que estas cuestiones se harán públicas una vez que se complete la negociación, que Repsol calificó únicamente de "muy avanzada".

El comunicado emitido por el Puerto señala que el preacuerdo "se concretará en los próximos meses" y que Repsol iniciará este año los trabajos de ingeniería que permitirán conocer las actuaciones que deberá realizar en Langosteira, su coste y el plazo de su ejecución. La Autoridad Portuaria asegura que Fomento también ha participado en la negociación y atribuye un "impulso decisivo" a los actuales responsables del ministerio, en especial a la ministra Ana Pastor y al presidente de Puertos del Estado, José Llorca, cuya implicación estima como "determinante".

También concede relevancia el Puerto al "valioso apoyo" recibido del Ayuntamiento y de la Xunta en la negociación, que elude concretar, aunque sin duda guarda relación con la decisión de presionar a Repsol mediante la renovación de la autorización ambiental integrada para sus instalaciones, que es tramitada en la actualidad por la administración autonómica.

El Concello presentó alegaciones en este proceso con el fin de forzar a la refinería a trasladar su terminal, al igual que hizo la propia institución portuaria, que consideraba que el permiso concedido anteriormente estaba condicionado a la marcha de Repsol a punta Langosteira. El Puerto admitió de forma implícita la influencia de esta iniciativa en la negociación al entender que con el preacuerdo Repsol "da también un paso importante" para renovar la autorización.

A pesar de las importantes diferencias entre ambas partes que se pusieron de manifiesto en la negociación y que llevaron incluso a la Autoridad Portuaria a advertir a la compañía de que podía obligarla legalmente a trasladarse al puerto exterior, el comunicado hecho público ayer pone de relieve "la buena voluntad y disposición" mostrada por los directivos de Repsol a lo largo de las conversaciones. El Puerto estima que el inicio de la actividad de Repsol en Langosteira constituirá un "hito muy significativo" tanto para la Autoridad Portuaria como para la propia ciudad, puesto que así se cumplirá el principal objetivo de la nueva dársena, que es alejar de la bahía coruñesa los tráficos que suponen un mayor riesgo para la población, como son los petrolíferos.