El Juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña investiga si las personas que impidieron el pasado lunes a la comitiva judicial ejecutar la sentencia que ordena el desahucio de Aurelia Rey, de 85 años, de su vivienda de alquiler situada en la calle Padre Feijóo, cometieron algún delito. La Policía Nacional, como es habitual en estos casos, levantó un atestado sobre los hechos y lo remitió a la magistrada del Juzgado de Instrucción número 3, que es la que ejercía las funciones de guardia.

Tras los dos intentos fallidos del pasado lunes, los funcionarios no regresaron al inmueble para hacer cumplir el fallo que decreta el lanzamiento de la mujer, que paga una renta antigua de 126 euros mensuales. Aurelia dejó de pagar dos recibos del alquiler, uno en 1999 y otro en 2011, por lo que los dueños del piso acudieron a los juzgados. En la primera ocasión, la afectada abonó la factura, por lo que el contrato antiguo de arrendamiento siguió vigente. Los inquilinos, según la ley, solo tienen una oportunidad de acogerse a esta opción, pues si son reincidentes, aunque paguen lo que adeudan, el contrato original pierde validez. En 2011 dejó de pagar un mes, por lo que los propietarios la demandaron y, ahora, no tiene otra alternativa que abandonar el piso.

El desahucio de Aurelia estaba fijado para el pasado 28 de enero y fue paralizado por los servicios sociales del Ayuntamiento después de que un funcionario de los juzgados les alertase de que la mujer se quedaría en la calle. El Concello negoció con los propietarios, que eran los únicos que podían impedir la ejecución de la sentencia, y aceptaron que se quedase unos días en el inmueble hasta que el Ayuntamiento le buscase una alternativa. Desde la Concejalía de Servicios Sociales le ofrecieron una plaza en una residencia con habitación individual, una opción que rechazó, por lo que la comitiva judicial acudió esta semana al edificio para llevar a cabo el lanzamiento.

El caso trascendió a la opinión pública tras la alerta del funcionario a Servicios Sociales, por lo que unas doscientas personas se congregaron el lunes en la puerta del edificio cercano a la plaza de Pontevedra para protestar contra el desahucio de Aurelia. El juzgado ordenó entonces aplazar el lanzamiento por motivos de seguridad. La Xunta ofreció esta semana a la mujer un piso de protección social en Novo Meso y otro en Eirís, pero la afectada los rechazó porque desea vivir en el mismo entorno que las últimas cuatro décadas.

La oposición de los manifestantes a que se cumpla la sentencia será examinada por la magistrada de Instrucción número 3, que ya abrió diligencias para esclarecer los hechos y decidir si algunas de las personas que se enfrentaron a los agentes de la Policía Nacional y a la comitiva judicial incurrieron en algún tipo de delito. Los funcionarios de la Oficina de Notificaciones de los Juzgados declinaron denunciar los hechos, a pesar de que sufrieron agresiones e insultos.

La titular de Instrucción 3, no obstante, investiga las actuaciones de los manifestantes, entre los que figuran el portavoz parlamentario del BNG, Francisco Jorquera, y los portavoces del BNG y Esquerda Unida-Os Verdes en A Coruña, Xosé Manuel Carril y César Santiso, así como miembros del colectivo Stop Desahucios. La Justicia también tendrá que decidir si el bombero que se negó a abrir el candado de la puerta del edificio que impedía acceder a la comitiva judicial incurrió en algún tipo de delito.

El presidente de la junta de personal de la Policía Nacional de A Coruña, Manuel Aceña, mostró su respaldo al funcionario. "Nosotros tenemos el máximo respeto a la postura del bombero, pero con reservas porque muchos funcionarios estaban allí haciendo su trabajo con respeto a la legalidad. No criticamos ni cuestionamos su actuación. La lectura interesada de algunas actuaciones puede dar lugar a malas interpretaciones por parte de la sociedad", declaró el representante sindical. Según avance la investigación, la juez podrá llamar a declarar a testigos de los hechos y decidirá si imputa o no algún tipo de delito a los opositores al desahucio.