Tanto las tutoras de los dos mellizos asesinados el 21 de agosto de 2011 en A Coruña, como una trabajadora social del Ayuntamiento de A Coruña, dependiente del Sergas, que siguió durante un reducido espacio de tiempo a los menores, han coincidido en que no detectaron signos de maltrato en las víctimas.

En la segunda sesión por este crimen, en la Audiencia Provincial de A Coruña, la tutora de Alejandro manifestó que este alumno tenía "carencias disciplinarias y educacionales", y que por ello recibió apoyo, pero puntualizó a preguntas de los letrados que no padecía ningún "problema psicológico" y que se mostraba "contento" por su "nuevo papá", Javier Estrada, el autor confeso de estas muertes.Javier Estrada

El único problema que mencionó fue que en una ocasión el niño se mostró agresivo, mediante un gesto con la mano, y que esa actitud provocó el envío de una carta al domicilio familiar.

La tutora de Adrián, que tenía una minusvalía psíquica del 52%, sostuvo que no era "agresivo ni violento", "era extremadamente cariñoso", "a mí me achuchaba", y consultada por uno de los letrados explicó que el chiquillo era "poco consciente del peligro".

La trabajadora social contó que si Adrián llegó a ella fue por un programa de rehabilitación infantil, y que la primera cita fue el 25 de noviembre de 2010. Detalló que la madre le comentó que el único capaz de poner orden a los menores era su hermano mayor, David.

En la segunda cita, concretó que Mar le dijo que había más tensión en la casa desde que Javier Estrada empezó a vivir en ella, y que esta vez Javier con "una actitud alterada y nada adecuada" gritó desde fuera de la consulta, "estos niños están locos, hay que medicarlos".

Precisó que este hecho hizo saltar las alarmas, y que con esta expresión se refería a "factores para tener en cuenta que se haga una mayor supervisión" y también que, por ello, hubo una derivación a la psicóloga, que destacó la "estructura débil" de la familia y llegó a decirle a la madre "no puedes permitir que esta persona descalifique así a tus hijos".

De Mar sostuvo que "para mí era una mujer preocupada por sus hijos, realmente estaba pidiendo ayuda" para ellos.