La reunión entre la Concejalía de Cultura y la asociación de vecinos Atochas-Monte Alto-Torre de Hércules no ha dado los frutos que los residentes en la zona esperaban. Su biblioteca sigue sin un convenio que garantice que puede abrir sus puertas a diario, a pesar de que el Gobierno local llamó la pasada semana a la directiva de la entidad para asegurarle que había encontrado una solución para desbloquear el conflicto que mantienen desde el mes de enero.

No era nada nuevo, era la misma solución que le habían propuesto a la asociación el mes pasado y que ésta se había negado a aceptar, que la Concejalía sufragase actividades concretas y que la entidad buscase alternativas de financiación fuera del Gobierno local y que no se reeditaría el convenio de 11.000 euros que permite tener a una bibliotecaria contratada.

La entidad vecinal mantuvo ayer por la tarde una asamblea informativa con sus vecinos sobre la negociación con la Concejalía de Cultura y será la próxima semana cuando los socios de la entidad decidirán cómo van a responder a lo que la directiva califica ya de "intento del PP por acabar con la asociación".

La entidad vecinal ha tomado ya dos decisiones: mantener la biblioteca abierta hasta la próxima asamblea y también ponerse en contacto con otros colectivos descontentos con el trato que están recibiendo del Gobierno local para "hacer un frente común".

La Concejalía de Cultura asegura en una nota enviada a los medios de comunicación que "lamenta" que la asociación vecinal no acepte su propuesta de "impulsar la programación en el barrio" y asegura que no permitirá "duplicidades". El presidente de la entidad, Alberte Fernández, sin embargo, asegura que la seguirá potenciando la vida cultural de Monte Alto, y que pedirá subvenciones para ello, aunque defiende, sobre todo, su derecho a seguir disfrutando de un servicio que la asociación llevó al barrio hace casi treinta años cuando no había centro cívico ni biblioteca municipal.

La directiva, después de cerrar la biblioteca, decidió el pasado lunes abrirla en señal de buena voluntad, ya que el Gobierno local le había prometido una solución.