El Gobierno local admite que cuenta con un servicio de protección y vigilancia que tiene como objetivo velar por el alcalde, Carlos Negreira, así como por el Palacio de María Pita y la Corporación municipal. La concejal delegada de Personal, Rosa María Gallego, ha firmado un informe en el que reconoce que dos agentes de la Policía Local han desempeñado estas funciones durante los meses de noviembre y diciembre del pasado año, por lo que les concede una "productividad extraordinaria".

Un oficial de policía designado a realizar este servicio durante estos dos meses cobrará un suplemento de algo más de mil euros y, su compañero, que carece de graduación, 900,4 euros. Esta retribución responde a que los agentes tuvieron que hacer "numerosos servicios fuera del horario habitual y ordinario de los turnos de trabajo del Cuerpo de la Policía Local". Con esta compensación, el Gobierno local premia también que la "actuación personal" de los agentes ha sido "positiva".

En la descripción de las funciones específicas que estos dos agentes realizaron durante los meses de noviembre y diciembre, está la planificación de los servicios de seguridad y de protección de aquellos actos en los que participen el alcalde y la corporación.

Este informe llega tan solo unos meses después de que el PSOE hubiese denunciado que el alcalde tenía escoltas aun cuando el Gobierno local había presumido al inicio de su mandato de haber disuelto este servicio y de haber puesto al servicio de los vecinos a los agentes que antes formaban parte de la escolta del alcalde. El Gobierno local admitió, tras esta denuncia, que Negreira contaba con "un servicio de contravigilancia puntual" del que no se disponía a diario sino en "algún evento público".

Cuando se desató la polémica de los escoltas, en junio de 2012, el alcalde dijo que no tenía un servicio de vigilancia permanente, a pesar de que el PSOE aportase a los medios de comunicación fotografías en las que se mostraba cómo agentes vestidos de paisano vigilaban su coche cuando iba a algún acto o cómo velaban por su seguridad en actos institucionales.

La versión del PSOE se reforzó al hacer públicos algunos correos internos de la Policía Local, en los que el jefe del servicio, José Antonio Brandariz, y los mandos de la Policía Local llamaban "escoltas" a lo que el Gobierno local calificaba de "contravigilancia" del alcalde. Brandariz exigía a los agentes designados a estas funciones que le informasen de todos los actos en los que fuese a participar el alcalde y pedía a los policías del 092 "de paisano y en coche camuflado" que, si notaban algo que les indicase que un acto en el que participaba el alcalde pudiese ser "reventado" avisasen a los "escoltas".

A pesar de que el informe firmado por Rosa María Gallego, no recoge la palabra "escoltas", sí que hace referencia a que dos agentes tienen como uno de sus cometidos proteger al alcalde y que lo hacen en un horario que no se corresponde con el del 092.