Elvira Varela cumplirá 87 años a finales de este mes. Y asegura que este año no lo olvidará. La Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica la nombró "republicana de honor" y, para celebrarlo, la sorprendió el pasado 9 de marzo reuniendo a siete de sus antiguos alumnos en el atrio de la iglesia de San Pedro de Visma. "A algunos no los veía desde que salieron de la escuela y ahora ya tienen nietos. Fue una gran sorpresa, aún lo pienso ahora y no salgo del shock. A algunos no los reconocí, pero cuando me dijeron sus nombres, enseguida me di cuenta de quiénes eran", cuenta la mujer, al tiempo que recuerda que su madre, que era maestra, y su padre, que era profesor en la escuela de náutica, fueron encarcelados durante la Guerra Civil.

"Vivíamos en Rubine, pero en el 37 nos fuimos a San Roque de Afuera, que por aquel entonces era donde se criaban los cerdos, una aldea inmunda, porque la situación no se solucionaba", cuenta. Varela insiste en que la maestra era su madre, Elvira Bao, que ejerció en el Hospital de Oza hasta que fue encarcelada por ser republicana. Elvira Bao también ejerció de presidenta de la Asociación de Mujeres Republicanas junto con Amparo López Jean, destacada militante del Partido Galeguista.

Su hija se enorgullece cuando relata que su padre renunció a que el decano de los catedráticos de instituto, que era su amigo, le consiguiese una matrícula gratuita cuando residían en San Roque de Afuera y apenas tenían recursos económicos. "A mis padres los echaron de sus trabajos y mi madre, por aquel entonces, era considerada una indeseable. El decano le dijo a mi padre que procuraría que mi madre no apareciese en los papeles de mis estudios. Además, había que firmar un certificado de adhesión al régimen. Mi padre le contestó que no iba a mandar a su hija a ningún sitio donde tuviese que negar a su madre", rememora Elvira, quien cuenta que tras la muerte de su padre, su madre comenzó a dar clases particulares en casa. Ella, le ayudaba. Primero, comenzaron enseñando a familiares, pero pronto la escuela fue a más y llegaron a juntarse con más de 60 alumnos. "Estuve diez años dando clases", afirma Elvira, que se muestra "muy feliz" de haberse encontrado este año con siete de los estudiantes a los que instruyó en la vivienda de San Roque de Afuera.