El proyecto de ampliación de la avenida de Alfonso Molina experimentó ayer un avance sustancial con la apertura del periodo de información pública de esta actuación, que consistirá en la construcción de un carril más en cada sentido de la circulación entre los nudos de Ponte da Pedra y Pedralonga, tramo en el que se concentran los frecuentes atascos que sufre la principal vía de acceso de la ciudad. El Ministerio de Fomento aprovechará esta iniciativa para resolver una vieja demanda vecinal, la instalación de una pasarela peatonal que evite el peligro que hoy en día supone el tránsito de personas por la carretera entre Pedralonga y Palavea.

El proyecto también incluye la posibilidad de que se construya un tercer carril de entrada a la autopista desde la ciudad, para lo que se efectuarán estudios de densidad de tráfico que determinen si finalmente es necesaria esta actuación. El coste total de la iniciativa será de 7,6 millones de euros, cantidad a la que habrá que sumar el IVA, aunque probablemente experimente un considerable descenso durante la fase de licitación, ya que la escasez de obras públicas lleva a las empresas constructoras a ofertar sustanciosas rebajas sobre los presupuestos fijados en los concursos.

El anuncio publicado ayer por el ministerio en el Boletín Oficial del Estado detalla las propiedades que se verán afectadas por la creación de los dos nuevos carriles, un total de 54 fincas, de las cuales 11 tienen un propietario desconocido que obliga a la Administración a efectuar una investigación. Entre los perjudicados por la ampliación de Alfonso Molina figuran el establecimiento de Toys "R" Us, el concesionario de automóviles Seat y la sede de Martinsa Fadesa. Al otro lado de la avenida, la relación de posibles expropiados incluye al Ayuntamiento, el Instituto Galego de Vivenda e Solo y las promotoras que disponen de terrenos en el polígono del parque ofimático, además del Ministerio de Defensa, ya que es el propietario de la fábrica de armas de Santa Bárbara Sistemas.

Los nuevos carriles se ejecutarán entre los puntos kilométricos 1,050 y 3,550 de la avenida, entre los que será necesario reordenar los accesos existentes en la actualidad para adaptarlos a la nueva anchura de este vial. El pasado mes de diciembre, el Ministerio de Fomento y Audasa, concesionaria de la autopista, alcanzaron un acuerdo para financiar la ampliación de Alfonso Molina, aunque en ese momento se mencionó que la colaboración se limitaría al tramo entre la salida de la AP-9 y el enlace de Pocomaco, ya que el tráfico que procede de la autopista genera frecuentes retenciones en esa zona al coincidir con los vehículos que se dirigen hacia el polígono o al barrio de Matogrande.

La situación a corta distancia de este desvío del que se dirige hacia el polígono de A Grela origina también numerosos trastornos en Alfonso Molina, en especial en las fechas de mayor afluencia a los centros comerciales, debido a la reciente construcción en esa zona de dos grandes superficies de venta. La decisión de Audasa de participar en la financiación de una vía ajena a su propia red se consideró en su momento como un cambio de rumbo en la política de la empresa, reacia hasta el momento a estas iniciativas.

La concesionaria se comprometió además a participar en la construcción del denominado Vial 18, la carretera que unirá la autopista en un punto aún no determinado con la rotonda de A Zapateira de la tercera ronda, lo que permitirá acceder a la AP-9 desde A Coruña sin necesidad de transitar por Alfonso Molina y así descongestionar la avenida. El Ministerio de Fomento todavía no ha anunciado cuándo pretende llevar a cabo este proyecto, aunque ya se vaticina que para transitar por este vial habrá que abonar peaje con el fin de contribuir a soportar los costes que implicará su puesta en servicio.