Ocho casetas, siete de librerías y una de las bibliotecas municipales, instaladas en los jardines de Méndez Núñez son, desde ayer, el cuartel general de la Fiesta del Libro. Sobre sus estanterías reposan las historias encerradas en tapas de ejemplares, buscando la libertad que les entregan los lectores.

Desde ayer y hasta el próximo martes, habrá actividades en los jardines relacionadas con las palabras Hoy, a las seis de la tarde, se celebrará una performance literaria.

Algo similar habrá mañana, también en los jardines, pero a las doce del mediodía, una lectura dramatizada de textos. Las palabras se fundirán con la música del violonchelo para hallar la libertad fuera de sus encorsetadas encuadernaciones de colores.

El lunes se repetirá la cita de las seis de la tarde. Bajo el título Regalando palabras, habrá una lectura pública de textos escogidos. El último día de la fiesta, el martes, 23, de doce a dos y de cinco y media a nueve y media de la noche habrá actividades, magia y talleres para los más pequeños.

A partir de las seis, el público infantil podrá disfrutar de una sesión de cuentacuentos y, a las siete, pequeños y mayores están invitados a participar en una manifestación pública en favor de la lectura, que consistirá en leer en voz alta cualquier cosa y todos los participantes a la vez durante cinco minutos.

La cita será en el Obelisco y contará con actividades paralelas, como una sesión de fotografía, una suelta de globos que esconderán en su interior una frase que fomente la lectura y también con una liberación de libros para que los recojan quienes quieran leerlos.