Hace ya 59 años que Jesús Doldán puso tierra de por medio con su Malpica natal para emprender un largo viaje a Argentina. En compañía de sus padres, se marchó a hacer las Américas para que al final las Américas lo acabasen haciendo a él. Ayer, y después de toda una vida sin volver, Jesús y su mujer, María Elísea, pisaron de nuevo tierras gallegas. Pero no vinieron solos. Fueron dos de las 101 personas de Argentina que aterrizaron por la mañana en Alvedro y Lavacolla con las ayudas otorgadas por la Xunta de Galicia a través de su programa Reencontros na Casa 2013, dirigido a emigrantes gallegos en ese país.

Tras 59 años en su patria de acogida, poco queda ya de aquel niño de siete años con acento de A Costa da Morte que se marchó con billete de ida y sin vuelta. Sus palabras suenan ahora a música de tango y bandoneón. "Mis padres me contaron que esto era muy lindo, porque yo casi no me acuerdo. Tenía muchas ganas de regresar", comenta emocionado.

A su llegada ayer a Alvedro, su prima Carmen y demás familia lo esperaban en la puerta de salida. "No hizo falta cartel que ya nos reconocimos las caras al momento", aseguró. Sin embargo, su vuelta a casa fue posible casi de casualidad. " Nos enteramos por un amigo que estaba haciendo los trámites para volver una temporada de visita y al final logramos venir también con un descuento del 40% en los billetes", explica Elísea, con quien ha echado raíces en Quilmes.

Casi al mismo tiempo, y en medio de las familias que todavía esperaban por los suyos, Jorge Seoane y su mujer argentina, Elena, se abrazan a Juana, la hermana a la que no veían desde la última vez que pisaron Galicia, hace ya 13 años. "No hace tanto tiempo que vinimos pero esto se sigue echando de menos", asegura Jorge Seoane.

El contacto, aseguran, lo mantienen con bastante frecuencia, a pesar del océano por medio que los separa. "Todos los meses hablamos por teléfono", explica. Ahora pasará las próximas semanas en Oleiros, de donde es su familia.

María Pousa es otra de la emigrantes recién llegadas al aeropuerto coruñés. Natural de Pobra do Brollón, en Lugo, a sus 22 años lo dejó todo y se marchó a Argentina. En 56 años de estancia en el país austral, ha visitado Galicia "cuatro o cinco veces", aunque esta es la primera que recibe ayuda del Gobierno gallego. "Ahora toca descansar y estar con los míos", sentencia.

A Lidia Castelao, de 73 años, el programa Reencontros na Casa de la Xunta le ha servido para hacer realidad un sueño que perseguía desde hace bastantes años: conocer Galicia, la patria de sus padres. A diferencia de los otros viajeros que llegaron en el vuelo de Air Europa UX 7233 desde Madrid, Lidia nunca antes había pisado la tierra que vio nacer a los suyos. "Mantenía el contacto a través del canal internacional de la televisión gallega pero tenía la necesidad de estar aquí en persona", asegura.

En la puerta de llegada, su prima, Lourdes López, protagonizaba una de las escenas que mejor reflejan el drama de la emigración de aquellos tiempos portando una hoja en blanco con el nombre de Lidia Castelao escrito en rotulador naranja. "No había visto a mi prima antes así que no tenía otro modo de reconocerla entre toda esta gente", explicaba Lourdes con lágrimas en los ojos.

Las próximas semanas, Lidia Castelao las pasará en Lugo, visitando a familiares todavía desconocidos y descubriendo las tierras de la parroquia de Freixo, en el Concello de A Fonsagrada, donde se criaron los suyos y donde siente que siguen estando sus orígenes. "Tengo que conocer mis raíces, es una sensación que no se puede explicar. Desde que murió mi madre venir aquí, con toda mi gente, era uno de mis principales objetivos", asegura.