Astor Piazzolla, ese genio que reformó de los pies a la cabeza al tango, decía que su música era "para sentarse, pensar y ser feliz". Pero también se podrá bailar esta tarde a las 20.30 horas en el teatro Colón con el espectáculo Tango: Bailable y Apiazzollado, de la mano del Quinteto Nuestro Tiempo y los bailarines Leonardo Mosqueda y Carina Lucca. Guillermo Bazzola es la guitarra eléctrica que Piazzolla osó introducir en la música lunfarda.

-¿Cómo recrearán los tangos de Piazzolla en el Colón?

-Tenemos un repertorio con música que Astor escribió para sus quintetos. Sobre todo temas de los sesenta y de los setenta. La novedad en esta ocasión es que haremos temas no solo de su Quinteto sino también de su orquesta. Uno de ellos será El zurdo, que será un estreno. Piazzolla nunca lo llegó a tocar tras escribirlo.

-¿Todavía resultan ajenas a esta música las guitarras eléctricas?

-Cuando Piazzolla las incluyó fue bastante ruidoso y a mucha gente le molestó. La guitarra eléctrica la puso en el Octeto Buenos Aires, un grupo que tenía en 1957, y era una guitarra que improvisaba todo el tiempo. Para los muy tradicionalistas era algo insoportable, aunque hoy en día es algo mucho más aceptado. Nos ha pasado tocar delante de muchas personas que no lo conocían y te dicen: 'nunca lo había escuchado pero estoy fascinado'. Es una música de gran calidad.

-¿Por qué los clasistas del tango marginaban su música?

-Porque toda música folclórica o nacional tiene un grupo de gente muy conservadora a su alrededor. Seguro que a Paco de Lucía se le echaron encima cuando introdujo un saxo o un bajo eléctrico. Así como había gente que lo rechazaba, había mucha otra que lo aclamaba.

-¿Fue un genio incomprendido en su momento?

-Al principio sí. Yo nací en 1962 y recuerdo que a mediados de los 60 o 70, siempre había polémica alrededor de Piazzolla. Pero también se le veía en televisión y era un músico conocido, no era alguien que no podía tocar. Siempre había peleas a su alrededor pero también era un poco de puesta en escena (sonríe).

-Gotan Project o Grace Jones hicieron versiones de su trabajo. ¿Qué tenía Piazzolla para adaptarse a géneros tan dispares?

-Creo que la música de Piazzolla tiene una fuerte personalidad. Cuando escuchas sus canciones y conoces un poco de tango, te das cuenta de que es él inmediatamente. Es imposible confundirlo con otro músico. Era un virtuoso del bandoneón y tenía un carácter muy duro, por lo que se notaba en su música. Además, el sonido del bandoneón es muy particular, casi no se escucha en otro tipo de géneros. A lo que se añade el áurea de sensualidad que tiene el tango con su baile. Toda esa mezcla de factores hacen que Piazzolla haya sido tomado por otros artistas como referente.

-Y eso a pesar de lo que dijo Gardel sobre su forma de tocar el bandoneón. ¿Esa observación fue mito o realidad?

-Lo que le dijo, y lo digo literal (se ríe), fue: 'pibe, vos tocás el bandoneón como un gallego'. Piazzolla tocaba muy bien porque tenía grandes condiciones para la música, pero se había criado en Nueva York. Le daba a entender que tocaba como un extranjero, como alguien con condiciones musicales pero sin el lenguaje. Si me pongo a tocar flamenco podría hacerlo pero sin la gracia de un nativo. Esto lo dijo el propio Piazzolla, aunque el tango esté rodeado de mitos.