Este año la Medusa del muelle del Centenario cumplió un lustro. Desde su puesta en funcionamiento las protestas de los vecinos de Os Castros y A Gaiteira por las descargas disminuyeron, pero hace una década la plataforma anticarbón organizaba movilizaciones un día sí y otro también. Hubo un parón de ocho meses sin polvo de carbón, pero en septiembre de 2003 el problema volvió a acentuarse. El parque de San Diego apenas era frecuentado por niños. De hecho, los padres denunciaban que no se atrevían a darles allí la merienda porque en cuanto sacaban los yogures y la fruta se teñían de negro, del mismo color que estaban las ventanas de sus casas.

En enero de 2003 el Puerto convenció a los residentes en la zona de que realizaría controles medioambientales para evitar la contaminación. Los vecinos, sin embargo, protagonizaron una oleada de manifestaciones en el mes de septiembre porque denunciaban que la entidad portuaria había incumplido sus promesas.

Así, acusaban a las empresas concesionarias de no regar los depósitos de carbón para evitar que soltasen polvo. Además, la compañía que se dedicaba a cribar coque no limpiaba los restos del material que todavía permanecían en su parcela, según los afectados. La Autoridad Portuaria, por su parte, negaba que los exámenes prometidos para paliar la contaminación del carbón no se estuviesen ejecutando.

Entonces el Puerto ya adelantaba que la solución pasaría por la Medusa que hace una década todavía construía Fenosa. Las movilizaciones de la Plataforma Anticarbón de Os Castros, presidida por Óscar Barallobre, ya fallecido, fueron fundamentales para conseguir un cambio en las prácticas portuarias.

Los vecinos de la zona reconocen que con la puesta en funcionamiento de la infraestructura llegan muchas menos partículas, pero advierten que se mantienen vigilantes porque "algo sigue llegando". Los afectados, además, aseguran que en la actualidad tienen "más problemas" con las descargas de cereales.

El primer barco que descargó en el interior de la Medusa fue, el 11 de julio de 2007, el Sako Nnet, con 70.000 toneladas. La solución que buscó Fenosa para evitar descargas a cielo descubierto, además, acabó convirtiéndose en un llamativo diseño inicial firmado por el arquitecto César Portela. El jefe de Sostenibilidad del Puerto, Andrés Guerra, destacó que solo unos cinco puertos en el mundo pueden disfrutar de una infraestructura como ésta.

La Medusa, no obstante, dejará de tener funcionalidad con el futuro traslado de las descargas de graneles minerales y alimentarios al puerto exterior cuando haya tren a punta Langosteira.

La Asociación de Vecinos Oza-A Gaiteira-Os Castros denunció el pasado mes de julio descargas ilegales de carbón en la zona. Los miembros del colectivo reclaman a la Autoridad Portuaria y al resto de administraciones implicadas que terminen con el procedimiento, que aseguran que pone "por encima" de la salud de las personas los beneficios económicos.

Los propios medidores del Puerto, según destacan los afectados, demuestran que se superan los niveles de miligramos permitidos en las partículas.

La entidad vecinal subraya que denunciará la situación "cuantas veces sea necesario" hasta que las administraciones "cumplan con sus obligaciones". El problema, después de diez años, sigue sin resolverse, pero en la actualidad es mucho menor. Los residentes en el barrio esperan ansiosos el traslado de las descargas a la dársena de punta Langosteira.