Hace una década el puerto exterior solo existía sobre el papel. Había un proyecto, pero las administraciones aún desconocían si era viable. El entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, retrasaba la fecha que había dado para decidir si la dársena se llevaría a cabo: septiembre de 2003. La Xunta anunció entonces que "antes de 2004" sabría si las obras eran ejecutables. Finalmente, se adjudicaron en 2004 a la Unión Temporal de Empresas (UTE) Langosteira, liderada por Dragados, por 370 millones -es decir, 429 millones con el IVA-, pero el coste final de los trabajos ya se ha triplicado.

A esas cifras hay que sumar el desembolso que deberá hacer el Puerto para que Repsol renuncie al oleoducto de la ciudad que la compañía energética utiliza para cargar y descargar crudo y productos refinados. Las negociaciones arrancaron en 2009, pero el acuerdo todavía no se ha formalizado por escrito. El presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Losada, todavía no ha definido el coste de la operación ni la fecha del traslado de Repsol a punta Langosteira.

En 2003 las administraciones preveían que el puerto exterior estuviese plenamente operativo el año pasado. Langosteira se estrenó el 4 de agosto de 2012 con la carga de un navío militar en un mercante, una compleja operación marítima que hasta ahora no se había realizado en Galicia.

El buque de proyección estratégica Canberra, construido en el astillero ferrolano de Navantia, debía ser completado en Australia, donde se instalaron el puente de mando y otros equipamientos. Estas carencias impidieron que el barco navegase por sí mismo, por lo que fue transportado hasta el Pacífico a bordo de un buque especializado en estas labores, el Blue Marlin, que estuvo varios días fondeado en punta Langosteira.

Como terminal marítima, la dársena se inauguró el año pasado con la naviera holandesa Docwise. La empresa, sin embargo, rechazó el mes pasado realizar su próxima operación de carga del buque militar que construyen los astilleros de Navantia Ferrol para la Armada australiana desde A Coruña y optó por ejecutar la operación en el puerto de Vigo por motivos de "seguridad". Las complicaciones que sufrió durante las maniobras de 2012 a causa del movimiento del mar fueron determinantes en el cambio de planes, según explicó la compañía holandesa.

La decisión de Docwise reabrió el debate sobre las carencias de la dársena exterior, que para muchos expertos es un proyecto inconcluso hasta que no se le dote de un seguro contradique. Langosteira, además, no alcanzará la plena operatividad hasta que cuente con una conexión ferroviaria. El Ministerio de Fomento reconoce que los accesos son "claves" para el proyecto, pero evita dar plazos de ejecución.

La ministra de Fomento, Ana Pastor, anunció este mes en A Coruña que los Presupuestos del Estado para el próximo año incluirán una partida de 48 millones para terminar el contradique.

La decisión de Navantia de escoger el puerto de Vigo en lugar de la dársena exterior de A Coruña para embarcar en diciembre el casco del Adelaide sobre el Blue Marlin ha puesto en entredicho la viabilidad de las maniobras de la flota de buques mercantes en punta Langosteira. El cambio de localización también cuestiona el informe favorable del Ministerio de Fomento que hace más de dos años reveló que todas las maniobras de buques en el acceso al puerto exterior eran "viables". La Autoridad Portuaria se apoyó en las conclusiones de ese estudio para garantizar la operatividad de la infraestructura, que sigue defendiendo.