El título de la nueva exposición del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología sirve como carta de presentación: Libros inmortales, instrumentos esenciales. El Muncyt volvió a abrir sus puertas con una selección de ejemplares y objetos científicos que marcaron un antes y un después en la historia de la humanidad. "Es mostrar que la ciencia no son solo teorías", asevera el comisario de la muestra José Manuel Sánchez Ron. En total son veintiséis valiosas obras bibliográficas con sus respectivos instrumentos e información sobre el autor.

El catedrático de Historia de la Ciencia en la Universidad Autónoma de Madrid apunta que "la ciencia es un diálogo entre el pensamiento y el experimento", de ahí que destaque la importancia de los instrumentos ante padres de la ciencia como Einstein o Heisenberg. "Hemos seleccionado una serie de libros realmente inmortales, en el sentido de que marcaron épocas", señala Sánchez.

El encargado de la exhibición antepone dos teóricos básicos en la historia de la astronomía: Claudio Ptolomeo y Nicolás Copérnico. Del romano presentan la pieza clave de su teoría geocéntrica, el Almagesto. "La conocemos por ese nombre porque fueron los árabes quienes la tradujeron", ya que el nombre del volumen responde al significado de 'el más grande'. El módulo de Ptolomeo cuenta con una edición manuscrita de 1515 traducida en el Monasterio del Escorial por Juan Bautista Vélez acompañado por un astrolabio de madera.

En contraposición se encuentra el heliocentrismo de Nicolás Copérnico. Una esfera armilar mostrando el movimiento de los planetas alrededor del Sol preside el espacio expositivo junto a una primera edición del histórico Sobre las revoluciones de las esferas celestes, cedido por la Biblioteca Nacional. "Su trascendencia es tal que hasta se coló en el lenguaje con la expresión giro copernicano, que significa un cambio radical", apunta el conservador de la muestra.

La obra de Sir Isaac Newton es otro elemento imprescindible de la colección. Un tomo de Principios matemáticos de la filosofía natural publicado en 1687 figura en el Muncyt acompañado de un tubo de Newton. El instrumento demuestra la primera ley de la caída libre de los cuerpos, en la que cualquier objeto cae a la misma velocidad en ausencia de movimiento.

En el terreno de la biología se encuentra Charles Darwin y su El origen de las especies, representado por una sexta edición publicada en 1859. "No es la primera edición pero sí la última, todas las traducciones se han hecho en base a esta edición", apunta el catedrático, recordando que "hubo evolucionistas anteriores, pero ninguno aportó una observación como él". El apartado para la evolución de las especies se exhibe con una traducción datada en 1877 y un martillo de geólogo con un fósil de ammonite.

Sánchez destaca la primera síntesis completa de los fenómenos electromagnéticos: A treatise on electricity and magnetism, publicado en 1873 por James Clerk Maxwell. "Es esencial, demostró que la electricidad, el magnetismo y la luz son manifestaciones de un mismo fenómeno", elogia el experto. Un detector de ondas hertzianas advierte de la importancia de un descubrimiento que marcó un hito en la historia de la comunicación, permitiendo la aparición de los transistores radiofónicos.