La inacción de Xunta y Ministerio de Defensa y la determinación de General Dynamics de desalojar cuanto antes la fábrica de armas han aumentado en las últimas horas la tensión entre los antiguos trabajadores de Santa Bárbara. Encerrados en las instalaciones desde el pasado 28 de junio para evitar "el desmantelamiento" de la planta, ayer impidieron por primera vez la salida de material armamentístico de la factoría, según informaron fuentes de General Dynamics.

El cargamento en cuestión se trata de munición propiedad de la empresa alemana Heckler & Koch (H&K), que hasta el momento se encontraba en A Coruña y que tenía previsto trasladarse a Alemania. El choque entre General Dynamics y los 61 empleados encerrados obligó a fuerzas de la Policía Nacional a personarse en las instalaciones. Finalmente, la munición no llegó a salir del complejo.

El presidente del comité de empresa, Roberto Teijido, aseguró que los operarios no permitirán "la salida de un solo tornillo" y exigió a la Xunta y al Ministerio de Defensa que den luz verde al proyecto del grupo gallego IFFE antes de que General Dynamics intente sacar de la planta maquinaria y documentos básicos para reactivar la actividad. "La semana que viene se quieren llevar material informático y en dos semanas la maquinaria. Si el Gobierno espera a que finalice la retrocesión para asignar un nuevo gestor ya no tendremos fábrica para entonces", explicó Teijido.

Los trabajadores alertan de que la compañía está impidiendo la entrada de comida a los encerrados y General Dynamics recalca que la retrocesión continuará y que "no se permitirán estas actuaciones".

El desenlace del conflicto parece más enquistado que nunca. Xunta y Gobierno central llevan semanas analizando la viabilidad de los dos proyectos presentados hasta el momento, el del grupo IFFE y el de un grupo de cuatro empresas gallego-navarras, sin que ninguno parezca ir adelante.

El primero, de hecho, llegó a recibir por escrito hace dos semanas el visto bueno de la Xunta a su plan de negocio, según informaron fuentes próximas a la negociación. Un apoyo al que, al menos públicamente, el propio Gobierno gallego retiró cuando el conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde, aseguró que "todavía quedan flecos por cerrar" del plan de viabilidad de IFFE.

A ello, también se suma la inacción de Defensa que, a través de la Secretaría de Estado de Defensa y del delegado del Gobierno, Samuel Juárez, aseguró no poder asignar un nuevo gestor a la planta hasta que no finalice el proceso de retrocesión o hasta que General Dynamics no llegue a un acuerdo sobre el traspaso de la concesión con alguna de las dos empresas interesadas en tomarle el relevo.

La multinacional americana no quiso hacer declaraciones, pese a que a lo largo de estos meses manifestó estar a la espera de una decisión política para proceder al traspaso de la fábrica .

En caso de que Defensa opte por no actuar hasta que finalice la retrocesión, queda sobre la mesa la duda de qué tipo de proyecto podrá echar a andar tras el desalojo de la planta si, con su desvinculación, se irá también una maquinaria fundamental para reactivar la producción y mantener los puestos de trabajo.