Un año más, alrededor de 100 voluntarios de los centros cívicos de la ciudad se dieron ayer cita en Monelos para conmemorar el Día Internacional del Voluntariado. Entre los asistentes, mujeres y hombres como José Martínez, José Vilela o Angelita Fernández celebraron en presencia del alcalde, Carlos Negreira, y del concejal de Servicios Sociales, Miguel Lorenzo, toda una vida de servicio a la gente de su barrio.

"Esto es todo muy familiar", asegura Angelita Fernández, usuaria del centro de Monelos, que este año ha optado por inscribirse en los cursos de Tai Chi. Le ha seguido el ejemplo Alicia López, que además de a las clases de relajación irá a aulas para ejercitar la memoria. "Así nos entretenemos y ocupamos los días", explica.

Con todo, si hay algo que comparten la mayoría de los voluntarios es su oposición a que los tradicionales bailes sean organizados por una empresa privada, tal y como viene siendo costumbre en los últimos años por orden del Gobierno local. "Antes los gestionábamos todo nosotros, hacíamos sorteos y había más participación porque éramos nosotros los responsables. Ese sí que fue un cambio a peor", asegura José Martínez Ríos, un habitual de Os Mallos. "Antes había bailes de 350 personas y venían incluso de Santiago", presume.

Entre los asistentes, también se encontraba Soledad Sánchez. Ella es toda una veterana. Desde 1981, viene participando como voluntaria en el centro de Os Mallos y, pese a su avanzada edad, sigue ejerciendo como profesora de calceta y ganchillo. "A veces hay que tener paciencia con las alumnas, pero somos como una familia", asegura.