El año 2014 nace en unos días en el Palacio Municipal como clave para el Gobierno de Carlos Negreira, que aspira a revalidar la mayoría absoluta en las elecciones de primavera de 2015, y para una oposición que tendrá que concretar sus movimientos internos y públicos para configurar el dique o los diques que intenten impedirlo. Se pisará el acelerador de proyectos en marcha para llegar a tiempo a ese primer trimestre del próximo ejercicio con muchas cintas que cortar, tanto por parte local como de otras administraciones amigas. El desempleo será de nuevo protagonista si el proclamado fin de la recesión se circunscribe a los macronúmeros y no se percibe en la calle. Y, tras comer las uvas, los habitantes de María Pita mirarán hacia la flecha que apunta al sistema de contratación municipal a ver hasta dónde alcanza el escrutinio de la juez Pilar de Lara.

Convocatoria tras convocatoria, el elector percibe cómo el pistoletazo de salida oficioso de las campañas electorales se adelanta. Y, convocatoria tras convocatoria, la legislatura está diseñada para que así lo sea. Inversiones propias y ajenas se muestran programadas para ser inarrugables antes de que la ley electoral lo impida. Las obras de O Parrote, la apertura de la tercera ronda, la rotonda de Sabón, la ampliación de Alvedro o la estirada reforma del Chuac son algunos de los ejemplos, con acciones complementarias como la escuela de A Sardiñeira y el broche al Urbana-C.

Los anuncios del Gobierno central sobre el fin de la recesión chirrían con lo que ocurre en calle y casas. Más de 23.000 coruñeses se encuentran en paro y el número de afiliados a la Seguridad Social en la ciudad ha caído en unas 5.500 personas en los últimos dos años. Las cifras alejan la percepción de un futuro idílico al que se tiene que enfrentar, en el plano más próximo, el Ejecutivo local, cuyos argumentos serán los de estar gestionando la salida de la crisis en la ciudad que mejor ha resistido el antártico invierno laboral. En enero se sabrá en qué medida afectará a la antigua Begano, con más de 300 trabajadores, la reestructuración de la macroembotelladora a la que pertenece. Está por resolverse el traspaso de la fábrica de armas en un proyecto que se asiente a largo plazo. A nivel comercial, con un centro de la ciudad iluminado por nuevos pequeños negocios, la tarea está en frenar la crisis de consumo consecuencia de las maltrechas economías familiares, y sostener las iniciativas emprendedoras nacidas, en buena parte, de vecinos en paro que buscan salida a su situación. Con los restos del sector de la construcción volcado en reformas subvencionadas, las promociones nuevas brillan por su ausencia. Además de la aprobación del plan de Ciudad Vieja y Pescadería, a nivel urbanístico, Negreira tendrá que tratar de forma definitiva la situación del ofimático. Resta saber qué resolverá el Supremo sobre el edificio Fenosa, después de que el Superior dictase la inejutabilidad del fallo de derribo. Quedará definido un plan de movilidad, en cuyo desarrollo se ha parapetado el Ejecutivo para no abordar aún algunas medidas.

La contratación municipal de gobiernos municipales diferentes está en el punto de mira actual de la Justicia. Hace un mes, agentes de Aduanas volvieron a entrar en el Concello para iniciar la tercera fase de la operación Pokemon y llevarse información de ordenadores de dos ediles y siete trabajadores, entre asesores, funcionarios y un técnico ya jubilado. La juez De Lara pone la lupa sobre el modelo de contratación en la urbe, en la que Vendex, epicentro de la investigación, genera la mitad de su facturación. En 2014 puede saberse hasta dónde puede llegar la Justicia, si hay indicios de delitos, si se pueden demostrar y si, finalmente, habrá imputaciones o acusaciones. El próximo ejercicio, además, será el de la licitación del contrato de la ORA y la grúa, una concesión ruinosa para la que el alcalde Negreira ha comprometido cambios.

Y la ciudad tendrá que mirar a su entorno, con asuntos de gestión metropolitana como Bens o Nostián, que exigen un acuerdo entre alcaldes, camino tradicionalmente tortuoso. La planta de tratamiento de residuos, cuyas auditorías siguen sin hacerse públicas y han pedido regidores afectados, tendrá supuestamente un plan de viabilidad para corregir deficiencias técnicas y económicas. Habrá que ver cómo se ahonda en la proclamada gestión compartida de aspectos de la vida comarcal y si la sombra de la fusión con Arteixo, que planea por algunos documentos internos, es una "ocurrencia" o tiene algo de realidad con la actividad económica del puerto exterior dando sus primeros pasos