María Teresa Regueiro es la directora de la Unidad Técnica de Servicios Sociales del Concello. De ella depende también la coordinación del equipo técnico encargado de recorrer las calles de la ciudad para ofrecer asistencia a personas sin hogar y que, en estos meses de invierno, padecen como nadie las consecuencias de la crisis y de un sistema que no garantiza un techo a cada ciudadano.

-¿Qué servicios ofrece el Ayuntamiento a las personas sin hogar de la ciudad?

-Para este tipo de personas trabajamos con el equipo de inclusión social, con sede en el centro cívico de Monte Alto. Está formado por cuatro personas que desarrollan buena parte de su trabajo a pie de calle, algo especialmente importante en estos días de invierno de especial frío. Además, también se hace otro trabajo desde el centro cívico, más de profundizar en el día a día.

-¿En qué consiste la atención en calle?

-Tenemos dos servicios. Uno a través de un convenio con Cruz Roja, que hace salidas los miércoles de cada semana recorriendo la ciudad. El objetivo es localizar a gente en la calle, analizar en qué situación se encuentran, darles información de servicios y facilitarles mantas, sacos y bebida caliente.

-¿Ha sido necesario reforzar este servicio en los meses de invierno?

-Sí, con Cruz Roja también se hacen salidas extraordinarias en situaciones de clima adverso. Cuando hay vientos superiores a 80 kilómetros por hora, cuando la temperatura baja menos de 4º o con lluvias fuertes se sale tratando de evitar que empeoren las situaciones mas vulnerables. La atención se refuerza en diciembre, enero y febrero con otro equipo que se contrata externamente y que sale todos los días, de lunes a sábado, de 20.00 horas a 23.00 horas. Con este equipo organizamos una programación de rutas para recorrer a pie la calle, por zonas diferentes, de que se contacte y se hable con las personas en calle. Muchas ya tienen un trabajo más continuado y tratamos de continuarlo y mantener un conocimiento del estado en que se encuentran.

-¿Cuál es la actitud con que reciben?

-Muchos no desean ser ayudados pero favoreciendo el contacto muchos modifican su actitud y encuentran las ganas de salir de la situación en la que están. Nosotros intentamos favorecer esto y, precisamente, organizamos el servicio de apoyo entendiendo que son esos los meses de mayor riesgo.

-¿Cómo se ha de proceder a ese contacto?

-Hay que ganarse la confianza poco a poco. En general, hay una buena respuesta por su parte, no hay un rechazo ni mala disposición. También hay casos con muchos problemas de adicciones y, en esas situaciones, la reacción obedece más a su momento de consumo. Cuando algunos duermen se respeta su descanso, otros no quieren nada, otros quieren bebida y conversan con el equipo. Las reacciones son muy variadas pero se valora mucho la compañía, que a veces deriva en relaciones de familiaridad.

-¿Qué servicio ofrecen al margen de la atención que prestan a pie de calle?

-Tenemos un servicio de atención inmediata, a través del centro cívico de Monte Alto, abierto todos los días de la semana y en el que atendemos sin cita a cualquier persona en calle que necesita ayuda de urgencia. Allí también recibimos llamadas de alerta de ciudadanos y si la persona en cuestión no puede venir hasta aquí somos nosotros los que nos desplazamos.

-¿Cuál es el perfil de este tipo de personas?

-Numéricamente, en lo que se refiere a personas en calle no puedo decir que haya habido un aumento. La media de enero de personas localizadas sin techo es mayor que la del mes de diciembre. Hemos constatado que este trabajo de apoyo en su rehabilitación ha conseguido que se superasen algunas situaciones de calle. Cada situación es un mundo, pero el perfil de general es de un hombre, desempleado de larga duración, sin apenas relaciones familiares o procedente de familias desestructuradas.