Fue una larga reclamación de hosteleros y comerciantes. También una promesa electoral del actual equipo de Gobierno. Y más de un año y medio después de su desembarco en María Pita, tras no pocas quejas de los sectores interesados y conversaciones con los vecinos, se convertirá en una realidad la próxima primavera. El Ejecutivo municipal autorizará mediante una nueva ordenanza que los bares y café-bares, cafeterías, restaurantes y salones de banquetes de la ciudad puedan disponer de hilo musical a través de cualquier equipo de reproducción sonora o audiovisual siempre que la emisión de música cumple con los condicionantes acústicos generales y no supere los 75 decibelios de potencia.

El Ejecutivo de Carlos Negreira aprobó ayer en Junta de Gobierno extraordinaria la primera de las tres ordenanzas en las que se dividirá la antigua ordenanza reguladora de la emisión y recepción de ruidos de 1997. En este primer texto quedarán definidas las condiciones para prevenir la contaminación acústica derivada de toda actividad que produce ruido en el término municipal (incluidas obras, tráfico, fiestas en domicilios particulares, alarmas...), según explicó el teniente de alcalde Martín Fernández Prado.

El Concello pretende equilibrar con esta ordenanza el derecho al descanso de los vecinos con la actividad de las diferentes ramas del sector servicios. El texto establece, entre otras condiciones, que los pubs, cafés cantante y cafés concierto deberán guardar una distancia mínima entre sí de 25 metros, mientras que las discotecas y salas de fiesta y baile, de al menos 100 y sin que haya dos en la misma calle. La ordenanza permitirá que haya en el mismo inmueble dos locales de los grupos I A y I B, una nueva categoría creada que comprende restaurantes, bares, café-bares, cafeterías y salones de banquetes con aparatos de televisión y música de ambiente.

El Concello aprobará esta primera ordenanza en el pleno del 14 de enero y en los próximos meses dará el visto bueno a otros dos documentos que regularán las licencias necesarias para el desarrollo de actividades que generen ruido y las exigencias que deberán cumplir quienes trabajen en el sector de la hostelería y el ocio. Su intención es que las tres ordenanzas entren en vigor en primavera.

El Ayuntamiento, según confirmó Martínez Prado, externalizará algunas de las tareas relacionadas con el cumplimiento de esta nueva ordenanza de ruidos dentro de su nueva "filosofía" de prevención, de manera que empresas externas se encargarán de hacer controles técnicos y mediciones con aparatos tecnológicos adecuados para certificar que los locales cumplen las exigencias acústicas, una función que antes solo corría a cargo de la Policía Local u otros funcionarios municipales.