Trece años después de asumir la gestión de la fábrica de armas, la multinacional General Dynamics y el Ministerio de Defensa firmaron finalmente ayer el acta de retrocesión por el que la compañía se desvincula de manera definitiva de las instalaciones coruñesas, cuyo destino pasa ahora a estar por completo en manos del Gobierno central.

La rúbrica ratifica el cumplimiento de la firma americana de todos sus compromisos con las instalaciones, algo más de un año después de que anunciase su cierre tras 76 años de actividad ininterrumpida. Ahora, se dan todas las condiciones para que Defensa pueda convocar el concurso público y adjudique un nuevo gestor al complejo.

Según los plazos trasladados la pasada semana por el alcalde, Carlos Negreira, el Ministerio debería publicar en los próximos siete días el concurso en el Boletín Oficial del Estado (BOE). A partir de ahí se abriría un plazo de un mes en el que las empresas interesadas podrían solicitar información sobre el complejo y presentar sus propuestas formalmente. En caso de que haya más de un solicitante, se habilitarían otros quince días en los que el Gobierno central debería elegir entre una de las opciones.

La firma del acta se produce tres días después de que los trabajadores abandonasen el encierro que mantenían en la fábrica de armas, tal y como exigía el Ministerio. Ahora, encerrados en dos casetas a las puertas de la fábrica para mantener la presión, solicitan al Gobierno central que acelere la convocatoria del concurso para adjudicar un nuevo gestor "cuanto antes" y dañar lo mínimo posible la "sensible" maquinaria que se encuentra en el interior.

"Nosotros hemos cumplido y ahora pedimos a Defensa que haga su trabajo cuanto antes", manifestó el presidente del comité de empresa, Roberto Teijido. Una de las incógnitas del proceso serán las condiciones del pliego del concurso, es decir, las exigencias que deberán cumplir las empresas que sean candidatas a hacerse con la factoría en el futuro.

Los trabajadores solicitan a Defensa que sea "flexible" y que entienda el esfuerzo económico que supondrá para las empresas reactivar una fábrica que lleva más de medio año sin producir. Teijido, con todo, aseguró que las instalaciones de Pedralonga, con una tecnología casi única en Galicia, "son un chollo".

Por el momento, solo el grupo IFFE, con sede en Oleiros, y la firma gallego-navarra Hércules de Armamento han mostrado su interés por concurrir al concurso.