En ocasiones, veinte años sí son mucho. Desde que el trompista James Ross decidió tomar las riendas de la Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia para mostrarle el camino a seguir, hasta que su actual director académico, Alejandro Sanz, presuma de contar en sus filas con Iria Folgado, que entrará en la prestigiosa Orquesta Juvenil Gustav Mahler. El círculo se cierra mañana a las 20.30 horas cuando James Ross vuelva a dirigir a la formación en el Palacio de la Ópera.

El repertorio también es un guiño a la historia de la joven banda al incluir la obra Lingua de escuma, del compositor Fernando Buide. "Empezó en la orquesta como pianista a los quince años y Ross le motivó mucho a que estudiase composición", recuerda Sanz, que elogia al norteamericano como "el alma musical de este proyecto, lo cogió en 1995 cuando no era nada y logró dirigirla, haciendo que los músicos colaborasen".

El músico de la Sinfónica lleva diez años consecutivos ocupando el cargo de director, durante los que se marcó como objetivo "crecer y mejorar" pese al actual contexto. "Intentamos hacer más cosas con menos, pero considero que debe creerse en el proyecto para que no muera", sostiene. Esa vitalidad les lleva a enseñar " a dónde se puede llegar disfrutando con la música, formándoles para que tengan más nivel que en otros sitios y puedan ganar plazas en cualquier lugar del mundo". Y es que llegar a la Sinfónica no es la única meta: "muchos de los que pasaron por aquí son ahora profesores en conservatorios o son músicos profesionales".

La formación cuenta hoy con una base superior a los 120 músicos, de los que unos ochenta participan regularmente en los conciertos. A ellos se añade la Orquesta de Niños de la Sinfónica desde hace cuatro años, que esta temporada nutrió a la formación Joven con quince músicos. "Conseguimos que entren muy pronto y, de repente, encuentren ese clic que te pide dedicarte a esto", sonríe.

La violista Alba González es una de los tantos músicos de la Orquesta Joven de la Sinfónica que lograron desarrollar su carrera profesional lejos de su casa. Actualmente lo hace en Múnich, donde forma el Diogenes Quartet para seguir "descubriendo y profundizando en el repertorio de música de cámara". El cuarteto compagina su actividad musical -como la grabación integral de los cuartetos de Schubert- con talleres dirigidos a jóvenes.

González presume de haber sido, en su momento, la artista más joven en integrarse en la orquesta con catorce años. "Durante esos años realicé tanto proyectos de cámara como de práctica orquestal, realizamos giras y conciertos en diversas localidades gallegas", señala la coruñesa, que permaneció en la formación hasta que comenzó sus estudios superiores fuera de Galicia. La estancia en la Orquesta Joven de la Sinfónica le permitió "descubrir" el funcionamiento de una banda con "organismo pluriinstrumental de posibilidades tímbricas infinitas".

Unos años en los que también interpretó su primer cuarteto de Haydn o su primera sinfonía de Beethoven. "Guardo unos recuerdos imborrables de aquella época, guiados por grandes profesionales que me descubrieron ese nuevo mundo con generosidad y pasión", reconoce la intérprete.