El parque de Santa Margarita se convirtió ayer en un aula improvisada donde pequeños y mayores de A Coruña y la comarca se divirtieron mientras participaban en todo tipo de experimentos organizados con motivo de la XIX edición del Día de la Ciencia en la Calle. A primera hora de la mañana un grupo de pasacalles compuesto por cabezudos y zancudos recorrió el centro de la ciudad para terminar en Santa Margarita, donde los niños participaron en concursos como el de lanzamiento de aviones de papel, la carrera de caracoles o el juego de la rana.

Un elevador hidráulico que conseguía levantar una piedra de tres kilos para demostrar la teoría de Pascal, unos coches que se movían con el pedaleo de dos bicicletas, un parque de atracciones de madera en miniatura que funcionaba con motores conectados a pilas de petaca, una vaca de poliespán ordeñable o Bartolo, un muñeco hecho con una garrafa de agua y otros materiales reciclados en el que se veía con detalle el interior del cuerpo humano fueron algunos de los experimentos que despertaron la curiosidad de los asistentes.

"Si los pulmones, que son dos globos, los hinchas mucho, plum, explotan y chocan contra las costillas. Me gusta mucho este día, jugamos y aprendemos", decía Lorenzo, un niño de seis años del Colegio Karbo mientras se divertía con las partes del interior del cuerpo humano hechas con poliespán y plastilina. Cristina Pena, una de las profesoras del centro, explicaba que uno de los experimentos que realizaron es introducir un huevo en vinagre. "Si quieren pueden botar con él porque se ablanda y la cáscara se deshace", indicaba la maestra, quien subrayó que el Día de la Ciencia en la Calle ayuda a los alumnos a aprender "sin necesidad de libros de texto". Su compañera, María José Barbeito, mostraba la actividad estrella del colegio: una figura de una vaca que se podía ordeñar. A su lado había un típico cencerro de las vacas suizas que los niños hacían sonar.

Los profesores y alumnos de una treintena de centros educativos de A Coruña y el área metropolitana, así como de Ferrol, Ribadeo y Mugardos, pusieron en marcha experimentos para todas las edades. Los más pequeños se divirtieron con juegos sobre los colores, las letras o los números y saltaron en la zona dedicada a hinchables, mientras que los mayores pudieron jugar una partida de ajedrez con fichas gigantes, hacer grafitis, participar en programas de radio o examinar gusanos a través de un microscopio.

Durante todo el día por los alrededores de Santa Margarita se pudo ver a pequeños científicos sonrientes con sus experimentos en la mano. ¿Su destino? Las carpas de sus colegios. Una vez allí demostraron a los asistentes que se puede hacer ciencia con un huevo, unos globos, un espejo, curry, tornillos o aceite. Las construcciones de robots y de motores para coches de Scalextric fueron algunas de las pruebas que más público atrajeron, así como los experimentos para detectar sustancias químicas de los alimentos, actividades con códigos QR, ilusiones ópticas o juegos con imanes.

Los niños de entre 6 y 7 años del Programa de Ocio Educativo del Concello y la Federación de ANPAS llamaban la atención entre los participantes en el Día de la Ciencia en la Calle. Eran de los asistentes más pequeños. En fila, acompañados por sus monitores, Basilio Freán y Fátima Parga, correteaban de carpa en carpa y se sorprendían con cada uno de los experimentos. "Ahora están haciendo un esqueleto con pasta y probando a medirse y a tomarse la tensión", contaba Freán, al tiempo que destacaba que los pequeños también había hecho puzzles con las partes del cuerpo. En su carpa tenía cabida un rincón dedicado a Newton.