Alberto Martí no atesora solo su memoria. Posee la memoria fotográfica de la ciudad. Y ahora la comparte. En A Coruña de onte, una exposición que se inauguró ayer, Martí dona generoso a las paredes de la Casa da Cultura Salvados de Madariaga su espectacular fototeca. Son imágenes tomadas fundamentalmente por los fotógrafos Blanco y Ferrer y que abarcan el último tercio del siglo XIX y el primero del siglo XX, un momento de gran prosperidad en la ciudad en el que se vivieron cambios fundamentales, tanto en la estructura urbana como en la forma de vivir de sus vecinos. En la planta baja, el puerto es el protagonista y la alta se reserva a rincones desaparecidos y celebraciones de todo tipo.