La ley no se puso ayer del lado de una abuela que, desde Alvedro, quería volar con sus dos nietos menores. Al llegar al aeropuerto, le comunicaron que los pequeños debían tener la autorización de vuelo de sus dos progenitores y no solo de uno, como, hasta ahora, era válido.

Tuvo problemas también un joven que había acudido con su padre a hacer el pasaporte y, al iniciar el trámite, le dijeron que hasta ahí llegaba, que no podía irse con el documento que le abriría las puertas del mundo porque hacía falta que su madre también se presentase en la oficina.

El padre del joven registró una queja formal en la Policía Nacional porque había pedido la cita con antelación y nadie le había advertido del cambio en la normativa, por lo que no sabía que su presencia sería insuficiente.

Y es que ya ha entrado en vigor la norma que exige que los dos progenitores de los menores estén presentes cuando se les lleva a hacer el pasaporte y cuando se van de viaje. En caso de que alguno de los padres o los dos no puedan comparecer, se les exige que presenten un acta notarial autorizando el trámite, algo imposible para las personas que, por trabajo o por cualquier otra razón, no estén en la ciudad para darles el permiso requerido a sus pequeños para volar. En el caso de que los padres puedan autorizar el viaje, aunque no en persona, hay que añadir otro escollo más y es el de sufragar el acta notarial, ya que este trámite no es gratuito.

La publicación oficial de la norma se hizo a mediados de esta semana, por lo que los usuarios se han ido enterando de la manera más drástica del contenido de la misma, teniendo que improvisar una solución para evitar perder el viaje que habían planeado durante todo el curso. La entrada en vigor de esta norma coincide con el inicio de las vacaciones, con viajes ya comprados y con agrupaciones familiares, por lo que, para algunos menores, llegar a sus destinos es casi una misión imposible.