Los vecinos del barrio de Oza- Gaiteira-Os Castros llevan casi 20 años con una reclamación de la que la administración solo hace oídos sordos: la recuperación del número 152 de la avenida General Sanjurjo. El edificio es uno de los tesoros de la arquitectura modernista del barrio que, actualmente desocupado, permanece con una red de protección en la fachada para evitar la posible caída de cascotes.

El inmueble resistió la construcción de un nuevo bloque de viviendas en los últimos años del boom inmobiliario. De hecho, los carteles de la constructora muestran un diseño en que el que el edificio modernista desaparece y, en su lugar, se levantan más viviendas del conjunto residencial. "Eso lo que demuestra es que la constructora quería que cayese durante la construcción del edificio colindante para poder seguir levantando pisos", denuncia Emilio Vega, de la asociación vecinal.

Construido en 1925, fue catalogado como edificio de interés en el Plan Xeral de Ordenación Urbana (PXOU) de 1998. En la actualidad, es uno de los edificios catalogados con un nivel II de protección, lo que obligaría a "conservar íntegramente alguno o algunos de sus elementos como son la fachada".

Para el presidente de la asociación vecinal, Paulo Sexto, este inmueble, junto a otros del mismo estilo que emergen a lo largo de la avenida, son la muestra de que esta zona de la ciudad fue un punto de "convivencia entre clases", en donde convivían las viviendas populares con otros inmuebles de la burguesía local. Los vecinos temen que la propietaria de la casa, la empresa constructora Cinur, quiera especular con el terreno y permita, si el Concello no lo impide, que se caiga.

La empresa anunció el pasado enero que estaba ultimando la reforma de la casa y que esta mantendría los usos permitidos, viviendas en las plantas altas y comerciales en el bajo y entreplanta.