Las 85 víctimas del accidente aéreo de Montrove, el más grave en la historia de la aviación civil de Galicia, recibieron ayer homenaje en el cementerio de San Amaro en el mismo día en que se cumplían los 41 años de la tragedia que conmovió a toda la comarca.

En un emotivo acto, los familiares de la víctimas inauguraron un monolito de mármol en el camposanto coruñés, justo encima de la fosa donde se enterraron los restos mortales de cerca de 40 de los fallecidos que no fueron identificados. El monumento recoge los nombres de los 79 pasajeros y seis miembros de la tripulación, con mención especial a Francisco Pérez, uno de los viajeros del vuelo y cuyos familiares financiaron el monolito.

Para una de sus hijas, Elena Pérez, el de ayer fue un día "lleno de alegría y de emoción" en el que se cumplió el deseo de muchos familiares de tener un espacio físico en el que recordar a las víctimas de aquel negro 13 de agosto. La tardanza, de casi 41 años, se debió, aseguró, "al destino" y a que no hubo antes oportunidad de poder convertir en realidad este memorial. Pérez también agradeció al Gobierno municipal su colaboración, pues el Concello fue el encargado de las gestiones para trasladar los mármoles desde Italia e instalarlos en San Amaro.

En el acto, el concejal de Medio Ambiente, Salvador Rueda, recordó la conmoción que causó la tragedia aquellos días y ensalzó el monumento como un "gesto de cariño" con el que cerrar aquel accidente.

La causa oficial del siniestro del avión Caravelle de Aviaco fue un fallo humano por querer tomar tierra sin suficiente visibilidad. Después de tres intentos de aterrizaje, la aeronave colisionó con unos eucaliptos empotrándose contra el Pazo do Río, en el término municipal de Oleiros.

Dos días después del mismo llegaron técnicos de Aviación Civil para hacer los estudios para la instalación en Alvedro del ILS, sistema de ayuda a la navegación.