Antón de Santiago, docente, cantante y crítico musical, fue presentado por el director artístico del I Festival Lírico de La Coruña, César Wonenburger, quien además se refirió a los dos homenajes que se harán a dos importantes artistas coruñeses: María Luisa Nache -a quien se dedican esta conferencia y otra posterior- y a Antonio Campó. La conferencia resultó muy del agrado del público por el estilo directo y cordial del conferenciante, así como por sus amplios conocimientos musicales; y además por haber conocido a la cantante coruñesa en su faceta de enseñante cuando, ya retirada, impartía clases en el Conservatorio de La Coruña. Para enmarcar su figura, trazó Antón un interesante cuadro del panorama musical en nuestra ciudad que abarcó desde el nacimiento de la soprano hasta su fallecimiento. Se refirió a la Sociedad Filarmónica, que ya existía desde hacía veinte años cuando María Luisa vino al mundo, y que trajo a artistas de fama internacional, como las hermanas Nieto, Conchita Supervía, Elisabeth Schumann?; además, creó un Conservatorio de Música y Declamación. También mencionó la importante tradición operística de la urbe, que se remonta al siglo XVIII con la construcción de un teatro para representaciones líricas regentado por el italiano Nicolás Settaro (1768).

Comenzó María Luisa Nache la educación de la voz sobre los 14 años en la importante Escuela de Canto de Bibiana Pérez, quien sentó las sólidas bases sobre las que con posterioridad realizaría el perfeccionamiento el maestro, afincado en Madrid, Lorenzo Simonetti, profesor también de Ofelia Nieto y de Ángeles Otein. Esta, por su parte, fue maestra de Marimí del Pozo, que a su vez fue profesora de Antón de Santiago. Puso el conferenciante dos grabaciones de las soberbias voces de estas dos sopranos. Y también de Consuelo Rubio y de Pilar Lorengar, ambas coetáneas de María Luisa; como también de Antonio Campó, cuya grata voz pudimos recordar en otra grabación. Ella debutó en su ciudad con 21 años; su partenaire fue Hipólito Lázaro. Escuchamos la bella voz de María Luisa en un aria de Medea, de Cherubini, donde cantaron también María Callas y Fedora Barbieri, bajo la batuta de un joven Bernstein. Nuestra soprano mantuvo una relación profesional importante con el gran tenor Franco Corelli (cantó un Trovador y una Turandot soberbias con él), y llegó a rumorearse que eran novios, lo que finalmente fue desmentido.

Leyó Antón algunos comentarios elogiosísimos para María Luisa de los periódicos italianos, y lamentó que, una vez más, en España no se le reconociera la categoría artística que tenía. Escuchamos una magnífica versión de los enigmas, de la ópera póstuma de Puccini. Para finalizar, Antón de Santiago contó algunas divertidas anécdotas. El público le aplaudió con verdadero entusiasmo.