El grupo IFFE trasladará su producción industrial a Vigo en caso de que finalmente sea Hércules de Armamento la adjudicataria de la fábrica de armas de A Coruña. Así lo comunicó ayer el director del proyecto industrial del grupo, Ricardo Blanco, que aseguró que su proyecto industrial es "firme" y que el único modo de cumplir con los compromisos de producción adquiridos con algunos clientes en el campo de los composites sería realizarse en las instalaciones de un socio, ubicado en las afueras de la ciudad olívica. "Ya hemos realizado inversiones de varios miles de euros en esto y, aunque lo ideal sería que los puestos de trabajo quedasen en A Coruña, tenemos que responder a lo que nos comprometimos", aseveró Blanco.

El responsable del proyecto aseguró que, en caso de que no sean los adjudicatarios, su plan inicial tendrá que sufrir algunas modificaciones, dado que carecerían de unas instalaciones que ya cuentan con los permisos necesarios, como es el caso de la fábrica de armas. En concreto, Blanco apunta a que actividades como el tratamiento de superficies necesitarían unas licencias que, partiendo de cero, tardarían cerca de dos años en otorgarse.

El grupo IFFE recibió nueve puntos menos que Hércules de Armamento en la valoración de los proyectos técnico y económico que realizó la mesa de adjudicación del Ministerio, reunida la pasada semana para resolver el concurso. Blanco no quiso aclarar si, en caso de no recibir la concesión de la planta, presentará algún tipo de alegación a la decisión de Defensa. "Solo puedo decir que haremos todo lo que podamos para defender nuestros intereses", manifestó.

El Ministerio tendrá como mínimo hasta el 14 de octubre para adjudicar el proyecto a Hércules de Armamento, ratificando la puntuación otorgada por la mesa de adjudicación. Después de las dudas expuestas por los extrabajadores sobre esta compañía, el director del proyecto de IFFE pidió a la Administración que "confirme" que no hay ningún tipo de irregularidad detrás del proyecto. "No sería para nada difícil encontrar alguna irregularidad, en caso de que las hubiera, en lo que se refiere a contabilidades creativas o deudas con las administración", manifestó Blanco.

En lo que se refiere a las propuestas de producción de ambos proyectos industriales, la diferencia principal entre ellos era el diferente peso que adquiría la industria militar. El plan del grupo IFFE era el de que la producción para el sector armamentístico no supusiese más de 35% de la facturación total de la nueva empresa. El grueso de las manufacturas serían destinadas al sector civil, desde los composites para la industria aeronáutica y mobiliario urbano hasta casas prefabricadas para países del tercer mundo.

Por parte de Hércules de Armamento, su apuesta siempre fue la del sector militar, pese a que no descartaron su producción para el sector civil. Los responsables de la compañía anunciaron contactos con varios gobiernos extranjeros así como un compromiso avanzado para producir drones de carácter militar.

Los exempleados vinculados a UGT, por su parte, iniciaron ayer su ronda de contactos con formaciones políticas con una reunión con el PSOE. Después del encuentro, la portavoz socialista, Mar Barcón, mostró su respaldo a los exempleados y exigió al Gobierno municipal que dé "garantías" sobre Hércules de Armamento.