-Ofrecerá uno de sus últimos conciertos en la tierra donde habrá tenido los primeros.

-Sí, sobre todo en la época de carnavales. En Lugo, los niños teníamos la oportunidad de disfrazarnos y de ser los protagonistas de las fiestas. Las orquestas siempre me decían: '¡Venga Palomita, sube!'. Y allí que iba yo, me ponía a cantar y aún no sé cómo le echaba tantísima cara. Siempre que había un escenario me quería subir.

-¿Cuántos años tenía?

-Unos diez años. Pasé mis primeros años en Sevilla, sin venir a cuento, porque mi familia no era andaluza. Cada vez que podía me ponía a cantar y a bailar, así que me llevaron a una academia. Cuando llegamos a Lugo, mi madre se enteró de que había un sitio donde enseñaban bailes regionales y me apuntó. Se notaba que había una tendencia que no era muy común en la familia.

-Había nacido una estrella.

-O eso o una niña con mucho desparpajo, porque mis hermanos eran bastante mayores que yo. Era un poco el juguete para ellos, a mí me encantaba hacer bromas y parodias, o imitar a las mujeres que vendían en la lonja.

-¿La muiñeira fue una de las primeras danzas que interpretó Paloma San Basilio?

-¡Claro que sí! Aprendí a bailar muiñeiras y muchos bailes que ni sabía que existían. Mis padres me llevaban a ver baile gallego, una maravilla. Tanto los trajes y vestidos que llevaban como la disciplina de la danza me encantaban.

-¿Estos primeros pasos en Galicia influyeron en el resto de su carrera?

-Uno es el resultado de su vida. Si eres una persona permeable a lo que te rodea, todo eso te enriquece de una manera tremenda. El hecho de haber vivido en tantos sitios te puede dar la sensación de ser siempre la nueva, pero yo tuve otro punto de vista. Me enriqueció muchísimo. Recuerdo que recorrimos toda Galicia, yendo a las ferias de los pueblos. Es una gozada sentir que todas esas vivencias acaban siendo parte de uno.

-¿El haber llevado una vida tan intensa le hace notar la necesidad de dejar los escenarios?

-Más que la idea de descanso, es la idea de cambiar de sitio. Creo que la música y los conciertos de ahora son muy distintos a los que yo he vivido. Ahora mismo, lo que quiero es hacer otras cosas. Seguramente estaré viajando, no pienso quedarme quieta. Viviré mitad del año en España y la otra mitad en Los Ángeles, pero disfrutando de mi hija y de mis nietos.

-Aunque a una artista le costará dejar de serlo.

-La verdad es que ahora me estoy enfocando en pintar y escribir. De hecho publicaré mi libro en noviembre. Quiero ahondar en otras cosas, como ahondar un poco más en mi faceta de actriz. Lo único que me haría volver a subir a un escenario sería como actriz, en caso de ver una comedia o un texto que me guste, pero en una pequeña compañía.

-¿No se ve repitiendo un gran papel como el que hizo en Evita

-Los musicales son maravillosos, creo que me han permitido estar tanto tiempo en esta profesión. Son un reto brutal, hay que aprender muchísimo y desarrollar un montón de capacidades. Compartes escenario con gente de mucho talento, y son muy exigentes. Hay muchas expectativas sobre ti y mucho en juego. Hay etapas en las que es bueno hacerlo, en mi caso llegué a hacer once funciones a la semana. Ahora me siento en un momento en el que quiero algo más pequeño o que mis responsabilidades sean un poco más domésticas.

-¿Qué recuerdos y sensaciones les vienen a la mente durante la gira?

-Está siendo muy emocionante. Voy a teatros en los que he estado mil veces y, esta vez, sé que será la última. El público también lo sabe, por eso la respuesta está siendo tremenda. La gente sabe que esto, más que una despedida, es un agradecimiento. Pese a todo, el concierto es muy alegre, contamos muchas anécdotas. Es como un pequeño musical en el que los artistas interactúan conmigo. El momento de la despedida es lo más emotivo, ver al teatro en pie aplaudiendo me hace sentir la suerte que he tenido. Lo prefiero así y no esperar a que las cosas sucedan de otra manera, es importante saber cuál es el momento para no tener que hacer un giro que no quiera hacer.

-Con el éxito de la gira, ¿no pensó en seguir en activo un par de años más?

-Hay veces que me dicen lo de que hay artistas que se han retirado tres veces (se ríe). La verdad es que ha habido momentos de dudas, verme en el camerino después del concierto y pensar: 'Dios mío, ¿voy a dejar esto y no volver a ver a esta gente?'. Es muy duro, porque hay ciudades y países a los que sabes que no vas a poder volver. Además, cada gira es una vivencia constante. Pero lo tengo muy decidido.