Tiene diez años y su primer concierto como solista lo ha dado en una ciudad de la que casi lo desconocía todo, aunque, como A Coruña, es también la suya. Buruktawit Martíns nació en Addis Abeba (Etiopía) y con un año se trasladó a A Coruña para vivir con su nueva familia: un hermano que le lleva apenas medio año, Noé; su madre, Nuria; y su padre, Roberto. Años después llegaría Gael, el pequeño de la casa, que tiene ahora cuatro.

Cuenta que a los siete años y medio, más o menos, estaba en las fiestas de Monforte con sus padres, vio en un puesto unos violines de juguete y pidió uno. "Me dijeron que me lo pensara tres días y que si pasado ese tiempo lo seguía queriendo, me lo compraban", cuenta Bruk, como le gusta que la llamen. Ahí empezó su relación con el arco y las cuerdas, porque siguió queriendo el violín hasta que se hizo con "uno de verdad". Empezó a ir a clases y enseguida supo que su vida estaría ya, por siempre, ligada al instrumento. "Quiero ser solista", dice decidida. Para conseguir ese sueño procura ensayar una hora al día, aunque no siempre lo logra porque hay más cosas con las que disfruta, como tocar la guitarra o pintar.

El 13 de octubre ofreció su primera actuación como solista. Lo hizo en el Teatro Nacional de Addis Abeba. Bruk tenía a su alrededor unos sesenta músicos, los integrantes de la orquesta de la Yared Music School, y, enfrente 1.300 personas.

Su madre, Nuria González, recuerda como, a los miembros de la formación se les "iluminaba la cara" al escuchar que la pequeña se llamaba Buruktawit, ya que es un nombre muy extendido en el país, y todo lo que lloró cuando, entre todos, le regalaron un traje típico de Etiopía para que se lo llevase de recuerdo. Ella, a cambio, entregó a uno de los músicos uno de sus arcos para tocar el violín, ya que los miembros de la orquesta no tienen, como ella, instrumentos propios.

De Etiopía, a Bruk le sorprendieron muchas cosas, la imposibilidad de cruzar como lo hace en A Coruña y que había calles "de ciudad" porque iba con la idea preconcebida de que habría "chabolas" por casi todas las partes.

Es la tercera vez que la embajada española en Etiopía organiza un concierto, en colaboración con la Yared School, para difundir las músicas de las dos orillas y con la directora Silvia Sanz al frente. El programa hizo una excepción y, en esta ocasión, incluyó una pieza de Bach, que era la que Bruk estaba preparando entonces y con la que se presentó ante el público.

Como siempre pasa en las ocasiones importantes, la pequeña, que estudia en el colegio Eusebio da Guarda, se tuvo que enfrentar a un inconveniente. Y es que al llegar a Addis Abeba y empezar a ensayar se dio cuenta de que una de las cuerdas de su Ludwig, que así llama ella a su violín, chirriaba.

Lo probó todo durante los días previos al concierto, pero no encontró el origen de ese mal sonido, así que tuvo que improvisar y cambiar la posición de los dedos para encontrar la misma nota en otras cuerdas y así asegurarse de que en medio de su primera actuación como solista no se la jugase el instrumento.

"Nosotros ya habíamos pensado en ir a Etiopía para que ella conociese sus orígenes, pero su vuelta al país fue ya a su teatro más importante y para ofrecer un concierto como solista", explican sus padres. Ahora, la pequeña piensa en que, si puede volver el próximo año, tocará, como todos los demás, un programa de música etíope o española y en aprender también un poco de amárico, la lengua oficial de Addis Abeba, ya que los músicos pensaban que, al igual que ellos, la hablaba perfectamente.

Mientras esta oportunidad no llega, Bruk sigue yendo a clase con David Veiga, en el Conservatorio Profesional de A Coruña, con Anca Smeu, en la Escuela de Altos Estudios Musicales en Santiago, y con Enrique Iglesias, en la Sinfónica de Niños. "Nosotros no tocamos, pero a los niños les gusta y les dimos la oportunidad de probarlo y tocan los tres", dice el padre de Bruk, Roberto Martíns.

"En el colegio me preguntaban cómo me había ido en la gira y les tenía que decir que había sido solo un concierto", sonríe Bruk, que asegura que su asignatura preferida, por mucho que le guste y muy bien que se le dé la música, es la Plástica.