Álvaro Corral vive con su madre pensionista y su hijo desde hace décadas en los terrenos afectados por la construcción del parque ofimático. Sobre su vivienda pesa una orden de derribo que, según le explicó ayer el concejal de Urbanismo, Martín Fernández, se cumplirá a lo largo de esta semana, "seguramente este jueves", comenta Corral, que tiene una notificación que le dice que, a partir de las nueve de la mañana, se puede ejecutar su desalojo forzoso.

De la reunión de ayer no se llevó ninguna de las respuestas que se esperaba, ni el aplazamiento del desahucio ni la estimación de sus alegaciones, aunque sí una con la que no contaba. "Nos ofrecieron una vivienda de alquiler social en la avenida de Monelos, en Eirís, lo mismo que nos denegaron el viernes pasado, cuando fuimos mi abogada y yo a pedirlo a Palexco [a las oficinas de Rehabilitación y vivienda]", explicó ayer Corral.

"Siempre nos dijeron que no podíamos acceder a esas viviendas porque teníamos propiedades, porque éramos propietarios de una parcela en el ofimático y hoy [por ayer] el concejal hizo una llamada y nos dijo que volviésemos a Palexco que ya había un piso para nosotros", declaró Corral.

El Gobierno local, sin embargo, no confirma esta propuesta, aunque defiende que está buscando "una solución para las familias afectadas, dentro de la legalidad".

Corral asegura que todavía no ha decido qué hacer, si "resistir" para intentar quedarse en su vivienda o coger el piso de alquiler social y zanjar ya un tema con el que lleva luchando, junto a sus vecinos -a uno y otro lado de la avenida Alfonso Molina- unos veinte años, aunque, eso sí, ha empezado a recoger algunas de sus cosas por si, finalmente, la familia decide irse antes de que les echen.

Sobre si el alquiler social es o no una solución factible para su familia, Corral defiende que no es la que le gustaría. "Yo me quiero quedar en mi casa, que es nuestra ya y no pagamos por ella. El piso que nos ofrecen tiene unos gastos de unos 200 euros de alquiler", dice.

"En Urbanismo nos dijeron que el 1 de diciembre, si no se ejecuta la orden de desalojo, caduca y hay que volver a empezar", explica Corral, aunque eso no significa necesariamente que su casa se vaya a salvar del derribo. El colectivo Stop Desahucios ha convocado una concentración para mañana, a las ocho de la tarde, ante la casa de Álvaro Corral y su madre, en la entrada al campus desde Alfonso Molina, para mostrarles su apoyo una horas antes de que, según la notificación, se ejecute su desalojo.