La solución para evitar que los aviones que operan en Alvedro tengan que ser desviados a Santiago es complicada por las "condiciones orográficas" del entorno del aeropuerto, según asegura el secretario del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), Álvaro Gammicchia. El martes, ocho aviones que pretendían tomar tierra en A Coruña no lo pudieron hacerA Coruña. Hubo más de 1.500 viajeros afectados por la suspensión de 16 vuelos (ocho de salida y ocho de llegada)1.500 viajeros afectados suspensión de 16 vuelos . El director del aeropuerto, Jesús Campo, lo achacó a las "condiciones meteorológicas adversas" y a que se deben cumplir los procedimientos para "asegurar la operación".

El secretario del Sepla explica que el problema de los aviones en Alvedro no es debido a "una decisión" de negarse a querer instalar una infraestructura. La dificultad con la que se encuentran los pilotos que quieren aterrizar es la montaña que existe al lado de la cabecera más alejada de la ría de O Burgo. En ese extremo de la pista no hay un sistema de guiado que los aviones puedan utilizar cuando las condiciones meteorológicas son adversas.

El director del aeropuerto destacó que en esa cabecera, la tres, no se instaló un sistema antiniebla ILS porque no solo hay que tener en cuenta "las características técnicas" del terreno sino también "las orográficas". Y también indicó que en lo que va de año "menos de un 1% de las operaciones" han sido "canceladas y desviadas" en la terminal de A Coruña.

Álvaro Gammicchia relata que mientras hay luz natural "no hay problema" porque los pilotos pueden realizar las maniobras para aterrizar "con referencias visuales". Las dificultades las sufren cuando llega la noche y pierden cualquier tipo de referencia. "La montaña se vuelve oscura y el riesgo aumenta mucho", afirma. El secretario del sindicato explica que hay compañías aéreas que prefieren no arriesgarse y prohíben "estas maniobras" para evitar cualquier riesgo. Y añade que en Alvedro es habitual que haya borrascas que vienen del Atlántico y los pilotos se encuentran con que tienen "el viento de cara". "Además la pista es corta y no permite muchas maniobras", asegura.

Solución poco precisa

Carlos Negreira prometió en 2007, cuando era candidato a la Alcaldía, que un radiofaro omnidireccional que ayudaría a los aviones a seguir en vuelo una ruta establecida antes del aterrizaje (VOR) solucionaría los problemas que sufre el aeropuerto. El coste de la infraestructura sería de 200.000 euros, según afirmaba.

El secretario del Sepla asegura que este sistema puede ayudar pero que no es "muy preciso" en comparación con el ILS: "El VOR es mejor que hacer una aproximación visual, pero con este sistema, que es una radioayuda que recibimos en el avión, no vamos a solucionar el problema de fondo existente a la hora de aterrizar en A Coruña".