Elviña está de luto por los derribos consumados y los futuros. Vecinos del núcleo tradicional han colocado folios con dibujos de crespones negros en las ventanas de sus casas ante las demoliciones para permitir el avance del polígono de viviendas previsto en esos terrenos. Tres viviendas son las que quedan en pie frente al avance de la urbanización prevista.

Los crespones miran por la ventana en Elviña pasadas dos semanas desde el desalojo forzoso de otra vivienda, también afectada por el proyecto del polígono de viviendas del parque ofimático. Con un amplio despliegue policial, una concentración de unas cien personas contra el desalojo y, al final, un detenido, la comisión judicial obligó el pasado 27 de noviembre a Isabel y Álvaro Corral, madre e hijo, a abandonar su casa. En un intento por impedirlo, cuatro personas se subieron al tejado, entre ellos, el bombero Roberto Rivas, sancionado por negarse a intervenir en la ejecución del desahucio de Aurelia Rey.

Desde ese desalojo, la justicia ha anulado la contratación de la obra de urbanización del parque. El Concello estudia cómo acatar la sentencia sin anular el proyecto. Los habitantes de la zona han solicitado que se paralicen las obras y les permitan seguir en sus viviendas. Con el gesto, los propietarios de las viviendas muestran su luto por la pérdida de su modo de vida y de la zona donde han vivido sus familias, amenazadas por el avance de una promoción inmobiliaria en el aire.