La construcción de la Ciudad Deportiva de la Federación Gallega de Fútbol (FGF) está en marcha desde mediados de noviembre en una parcela municipal en San Pedro de Visma. La "casa del fútbol gallego" es el nombre con el que el alcalde, Carlos Negreira, y el presidente saliente de la FGF, José García Liñares, llamaron hace un mes al futuro complejo, compuesto por un edificio administrativo de la institución y dos campos de fútbol de los que ya se ha puesto la primera piedra. Pero en este periodo de poco más de 30 días el organismo deportivo tiene un nuevo dirigente, Rafael Louzán, quien ha expresado su intención de consultar con Negreira el convenio firmado hace dos años con Liñares porque tiene pretende trasladar la FGF, que siempre ha tenido su sede institucional en A Coruña, a Santiago.

El alcalde garantizó el sábado que la federación no se moverá de la ciudad, aunque informará a Louzán -añadió- de los acuerdos y obligaciones del convenio. Liñares aseguró ayer que los campos de fútbol se van a construir. Y el Gobierno local concedió el pasado 2 de diciembre la licencia para levantar un edificio destinado a las oficinas de la FGF en la parcela de San Pedro de Visma.

Con esta autorización, el desarrollo del proyecto parece inalterable, pero Louzán, que ha calificado de "faraónica" la idea de la Ciudad Deportiva y solo aprueba la construcción de los campos, anunció que la paralizaría si era elegido presidente. El choque de pareceres mantiene incierta la continuidad de la obra, con la incógnita añadida del factor político que vincula a Louzán y Negreira.

Ambos son barones del PP: el primero preside la Diputación de Pontevedra; el segundo, además de regidor coruñés, es presidente provincial de los populares, y hace dos años concedió gratis por 75 años los terrenos de Visma a la FGF bajo el mandato de un alcalde del PSOE, Liñares. ¿Podrían llegar a enfrentarse ahora dos cargos públicos provinciales del mismo color por la ubicación de la federación autonómica de fútbol y la construcción de sus nuevas instalaciones?

De momento, la fase de ejecución ha comenzado, aunque sin plazos respecto a los campos, pues nadie aludió a ellos hace un mes cuando se colocó la primera piedra. Es más claro el tiempo que llevará la construcción del edificio administrativo e institucional: 36 meses, según figura en el expediente de la Junta de Gobierno local de este mes en la que se dio luz verde a la ejecución material, presupuestada en 2,07 millones de euros.

La futura edificación tendrá, de acuerdo con el informe municipal, tres plantas para oficinas de la FGF. El semisótano se destinará a almacenes, zona de carga y descarga, aparcamiento e instalaciones. La planta baja de acceso al inmueble tendrá vestíbulo, recepción, administración, departamentos de la mutualidad, salón de actos y dos aulas de formación. La primera planta quedará reservada para despachos federativos y sala de juntas y reuniones. También habrá un aparcamiento exterior.

Todo esto le parece desmedido a Louzán, como afirmó en la campaña de las elecciones a la presidencia de la FGF celebradas la semana pasada. En su programa incluía la promesa de dotar a todas las provincias gallegas de los campos de fútbol que fuesen necesarios. Como ejemplo tomaba uno muy cercano a él, Pontevedra, donde en los últimos años se construyeron unos 70 terrenos de juego de hierba artificial. El siguiente capítulo, cuando el nuevo presidente consulte el convenio firmado en A Coruña.