El bebé hallado muerto el pasado 27 de diciembre entre la maleza en un camino de tierra próximo a la carretera de los Fuertes, en el monte de San Pedro, nació con vida, según informaron a LA OPINIÓN fuentes de la investigación, aunque por el momento se desconoce si el pequeño falleció justo después del parto u horas más tarde.

El cadáver apareció totalmente desnudo y con el cordón umbilical sin anudar en las proximidades de la carretera, donde se encontraba oculto entre unos matorrales. José Miguel Jiménez, un vecino de la zona, fue quien encontró el cuerpo cuando regresaba a su casa el mediodía del pasado 27 de diciembre. Según explicó ayer a este diario, inicialmente pensó que se trataba de un muñeco pero, al acercarse, comenzó a sospechar que fuese un cadáver y corrió a dar la voz de alarma a su familia. "Al regresar al lugar, ya nos pareció un niño de verdad. En cuanto vimos que lo era, llamamos a la policía", afirmaba ayer este vecino todavía conmocionado por el suceso.

Al joven le llamó la atención una losa de piedra situada a un lado del camino ya que la pista de tierra, que atraviesa todos los días, es muy poco transitada "y cualquier pequeño cambio sorprende". "Parece que la piedra la usaron para apoyarse y poder tirar al niño a los matorrales", opina José Miguel. El cuerpo se encontraba completamente desnudo, boca abajo y "con la cabeza metida en las zarzas", según relata este testigo.

La familia asegura no haber visto a nadie extraño por la zona las horas previas a encontrar el cadáver aunque la noche anterior les llamó la atención el ladrido de uno de sus perros. "Me pareció raro que viniese alguien porque este camino solo conduce a nuestra casa. Era de noche, encendí las luces de la furgoneta, pero no vi nada", explica el padre de José Miguel, Jesús Jiménez.

La Brigada Provincial de la Policía Judicial y la de la Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía continúan las investigaciones de las causas y los autores de la muerte, aunque por el momento no hay detenidos. Un coche de color oscuro que, según residentes en la zona, pasó por el lugar es la única pista que posee la policía. Las características del suceso apuntan a la posibilidad de que el cuerpo aparecido sea el hijo de una mujer que haya ocultado su embarazo y que tras dar a luz decidiese deshacerse de él, aunque será necesario dilucidar si el niño falleció por causas naturales.

"No nos podemos imaginar quién pudo hacer algo así", explican padre e hijo, que descartan que haya sido alguien de la zona. "Aquí y en O Portiño somos todos buena gente, nos conocemos y sabemos si hay alguna mujer embarazada", apunta Jesús Jiménez.

El precedente más cercano de un hecho similar en la ciudad ocurrió el 24 de marzo de 2006, cuando una joven arrojó a su bebé recién nacido a un contenedor de la basura de la calle San Vicente, en el barrio de Os Mallos. La madre había ocultado su embarazo durante todo el proceso de gestación sin que nadie advirtiera su estado y dio a luz en la frutería en la que trabajaba, tras lo que arrojó el cuerpo al recipiente de residuos situado frente al local.