Que el Gobierno local haya dicho que, durante el año pasado, se habían ido del asentamiento chabolista de A Pasaxe seis familias no le cuadra a la organización Arquitectos sin Fronteras que trabaja con los habitantes del poblado desde hace varios años. Juan Aradas, uno de los portavoces de la asociación, asegura que, "como mucho", se han ido dos familias durante 2014 y un total de quince desde 2012.

"No sé de dónde sacan que se marcharon veinte, deben de haberse ido sus almas, porque sus cuerpos siguen en A Pasaxe", ironiza Aradas sobre las declaraciones del concejal de Servicios Sociales, Miguel Lorenzo. Y puntualiza que, en algunos casos, se han marchado algunos miembros de las familias de chabolistas, pero que otros se han quedado en el asentamiento. A Arquitectos sin Fronteras no le vale ya "la excusa" que utiliza el Gobierno local para no actuar en el asentamiento de que "los terrenos son privados".

"Es verdad que están en suelo privado, pero el problema que hay ahí es social y es enorme y es competencia del Ayuntamiento de A Coruña", explica Aradas, que es muy crítico con las ayudas que dice el Gobierno local que hay para pasar del asentamiento chabolista a una vivienda normalizada.

"Yo invito al concejal a venir un día con nosotros a intentar buscar un piso con los vecinos de A Pasaxe, que venga y que vea las respuestas que reciben cuando dicen que no tienen nómina, que cobran 500 euros de la Risga, que no tienen quién les avale y cuando los caseros ven que son gitanos", decía ayer Aradas, que se queja también de que el Gobierno local no dé a conocer cuál es el "plan de actuación" que dice que ha diseñado para el día en el que la empresa propietaria de los terrenos de la Conservera Celta se decida a derribar el esqueleto de la antigua nave de La Toja.

"Si tiran el edificio, en principio, no deberían tocar las chabolas, porque los vecinos tienen derechos posesorios, según una sentencia", defiende Aradas, que considera que el Ayuntamiento no está trabajando en la zona para eliminar el asentamiento chabolista.

"Esos talleres que dicen que hacen y esas charlas no sirven para nada más que para engordar los bolsillos de empresas amigas. La única opción real de trabajo y de futuro que hay en A Pasaxe es la de las Mulleres Colleiteiras", reivindica Aradas, ya que es un proyecto de reciclaje de aceite doméstico nacido en el seno de Arquitectos sin Fronteras.