La exposición que desde esta semana conmemorará en el Museo de Bellas Artes los 120 años de la primera muestra pictórica de Pablo Picasso en A Coruña, ciudad de su periodo de formación, tuvo antes un aperitivo fotográfico. La sala de exposiciones de Palexco abrió sus puertas para que en sus paredes se puedan observar hasta el próximo 10 de mayo las imágenes que el fotógrafo irlandés Edward Quinn, amigo íntimo del genial pintor, tomó a Picasso durante los años que duró su amistad.

Con la presencia del comisario de la exposición, Félix Bentz, del propietario de la colección The Picasso Story, Guy Ludovissy, del alcalde, Carlos Negreira, y de algunos concejales, quedó inaugurada Picasso visto por Edward Quinn, una muestra gráfica que desvela momentos y aspectos familiares, artísticos y sociales -algunos llamativos y extravagantes- que contribuyen a dibujar la personalidad del pintor malagueño.

La exposición, que se puede disfrutar en horario de 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00 horas, recoge las fotografías que Quinn realizó al artista desde 1951, cuando lo conoció en Vallauris. La primera de sus imágenes, Picasso junto a sus hijas Claudia y Paloma, forma parte de la muestra de Palexco. A partir de aquel momento Quinn preguntó al pintor si podía ir a fotografiarle mientras trabajaba. Picasso se negó al principio, pero meses después aceptó. Las fotos sorprendieron al genio y desde aquel momento y durante veinte años invitó en numerosas ocasiones al irlandés a su casa y a sus viajes, donde capturó instantes del Picasso más inédito y entrañable, como una serie de fotografías en la que el pintor aparece vestido de torero o con motivos de la tauromaquia.

La muestra coruñesa comprende 86 fotografías que acercan al espectador a las últimas décadas de Picasso. Quinn, famoso por sus fotos de estrellas de cine como Marlon Brando, Gary Cooper, Audrey Hepburn o Grace Kelly tomó una de las últimas fotos de Picasso, tres meses antes de morir en 1973.