Los problemas atmosféricos causaron durante 2014 el desvío o la cancelación de 111 vuelos en Alvedro, según los datos proporcionados por Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea (AENA), que había contabilizado 86 operaciones fallidas el año anterior, por lo que el aumento fue del 25,2%. Teniendo en cuenta la ocupación media de los aviones que operan en A Coruña, situada en 101 pasajeros, el volumen de afectados sería de 11.000, aunque AENA no proporciona datos sobre esta cuestión.

Durante el pasado enero, ya en 2015, la niebla obligó a desviar dos vuelos y a cancelar las salidas posteriores, mientras que el viento causó el desvío de nueve vuelos y la suspensión de los despegues previstos con los mismos aviones desde Alvedro.

El número de viajeros perjudicado por los desvíos en 2014 apenas llega al 1% del total de usuarios del aeropuerto, ya que a lo largo del año pasado se contabilizaron 988.000. Solo en el primer mes de 2015, los vuelos que han tenido que ser desplazados o suspendidos a causa del mal tiempo han alcanzado la cifra de 22, lo que supondría 2.200 pasajeros afectados.

La estadística de Alvedro durante 2014 es la más elevada de los tres aeropuertos gallegos, ya que en Peinador los desvíos y cancelaciones afectaron a 62 vuelos y 6.000 pasajeros, mientras que en Lavacolla tan solo fueron 30 las operaciones perjudicadas y 4.000 los viajeros obligados a modificar su ruta.

El principal inconveniente para la llegada de los aviones a Alvedro es la niebla, que a lo largo de 2014 causó el desvío de 33 vuelos y la cancelación de los que debían salir de A Coruña, a los que se sumó la suspensión de otro por este mismo problema. Otros 19 aparatos tampoco pudieron tomar tierra a causa del viento desfavorable, lo que se tradujo además en la suspensión de los despegues programados con esos mismos aviones, aunque otros tres vuelos también fueron cancelados por la presencia de niebla. La situación fue inversa en 2013, ya que los 86 vuelos suspendidos o desviados, la niebla fue la causante de 35 y el viento, de 51.

A los habituales problemas que sufre el aeropuerto por su ubicación en las proximidades de la ría y al mar se sumó el año pasado el desmontaje del sistema de ayuda a la navegación ILS a causa de las obras de ampliación de la pista. Este equipamiento, imprescindible para la aproximación de las aeronaves cuando las condiciones atmosféricas son adversas, permaneció inactivo desde el 1 de julio al 11 de agosto, aunque este periodo es uno de los más favorables para Alvedro desde el punto de vista atmosférico al coincidir con el verano, por lo que el número de desvíos tuvo que ser reducido.

El director de Producción de Vueling, Fernando Val, informó en junio de 2013 en Barcelona de que el Ministerio de Fomento y las compañías aéreas trataban de hallar una solución para facilitar el aterrizaje en Alvedro por la cabecera sur, la más alejada de la ría de O Burgo. El director del aeropuerto, Jesús Campo, admitió a finales del año pasado, cuando se produjeron numerosas cancelaciones de vuelos a causa del mal tiempo, que la cabecera de la pista 3 carece de ILS, aunque señaló que para la operatividad de los aviones no solo hay que tener en cuenta ese aparato, sino también el relieve del terreno, que en Alvedro está condicionado por la ubicación del monte Costa al final de la pista.

Esa misma circunstancia fue también citada entonces por el secretario del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), Álvaro Gammicchia, quien detalló que durante el día "no hay problema" porque las maniobras de aterrizaje pueden realizarse "con referencias visuales". Pero al caer la noche los pilotos carecen de referencias visuales, según explicó Gammicchia, ya que "la montaña se vuelve oscura y el riesgo aumenta mucho", por lo que algunas compañías deciden evitar los riegos y renuncian a aterrizar. Otro factor destacado por el representante del sindicato es la frecuencia de los vientos de cara en Alvedro, así como la escasa longitud de la pista. El alcalde, Carlos Negreira, había prometido en la campaña electoral de 2007 la instalación en el aeropuerto de un radiofaro, sistema con el que aseguraba que se evitarían los desvíos por causas atmosféricas. El entonces candidato a la Alcaldía cifraba la inversión necesaria en 200.000 euros, pero una vez en el Gobierno local, esta promesa cayó en el olvido.

Álvaro Gammicchia explicó que ese sistema facilita la aproximación de los aviones, pero que su fiabilidad es inferior a la del ILS, por lo que a su juicio los problemas que padece Alvedro no se solucionarían.